➳ 20 | Inmunidad. Pt 1 | ➳

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Cuando todo se va a la mierda el primero en caer es el peón, no la reina.

Mis músculos están cansados, siento como mi cuerpo no deja de batallar contra lo que me rodea mientras avanzo, aguanto la respiración para no desfallecer e intento arrasar con todo para ganar.

Mis pies se mueven muy rápido y mi cuerpo también, mientras mi instinto competitivo lucha por obtener este logro, vamos tu puedes.

El agua está fría, lo que hace que sea aún más complicado moverme debido a que el clima de estos días es muy helado y por lo tanto el agua se me cala por los huesos. Me tomo la libertad de ver a mi contrincante a mi lado, al verlo tan seguro de sí mismo acelero mis movimientos.

Emerjo del agua y el aire por fin llega a mis pulmones los cuales estaban empezando a arder por el aire contenido.

El aire da en mi rostro y siento como mi cabello es más pesado debido al agua.

—Tres segundos—dice Kalet sentado en la banca fuera de la piscina y con un cronometro en manos.

Miro al lado en el otro carril y veo a Alexey con el cabello mojado y en el mismo estado que yo tratando de recuperar el aliento.

Él me mira—. Mejor—dice, se acerca y se guinda en el carril—. Pero no excelente.

Ruedo los ojos.

—Que te den—digo.

Sale del agua y yo solo lo observo, nunca me he dado la libertad de mirarlo por mi orgullo, no me gustaba babear por un chico tan ególatra, maleducado y sobre todo, frío.

Lo miro desde aquí arriba, está secándose. Alexey podría ser muy narcisista, pero tenía sus razones, su cuerpo parecía el de un dios griego, sus abdominales, sus pectorales eran increíbles, su hombros atléticos, pero sobre todo sus brazos. Sus brazos se veían fuertes y grandes.

Siempre noto que las camisas que lleva, en las mangas se pegan a sus brazos de una forma muy sexy, y de cara obviamente no es feo, es un Quinn.

Su actitud era el problema.

Él me mira desde arriba viéndose enorme, con el torso desnudo, el cabello mojado cayendo en su frente y la mirada indiferente en mi.

—Muévete, ahora toca la parte más difícil—me tiende la mano y la miro dudosa.

—¿Tienes algo que ponerte para hoy?—me pregunta Kalet detrás de su hermano.

Yo recojo mi cabello mientras floto en el agua—. Claro—sonrío forma egocéntrica—. Quizás hasta les robe la atención. 

—Ya quisieras—dice Alexey.

Él manotea la mano que me tiene estirada esperando porque la tome y yo lo hago de mala gana, la piscina tiene el borde muy alto y yo soy muy pequeña para subirme.

Cuando sólo con un brazo tiene la fuerza suficiente como para subirme me sorprendo, me carga como una muñeca de trapo, como si no pesara en lo más mínimo. Pero no, yo soy de porcelana, no de trapo.

Cuando me levanta, apenas siento que voy a tocar el piso me suelto bruscamente de su manos pero logrando todo menos soltarme de una vez el efecto del piso húmedo trae sus consecuencias y mis pies resbalan, haciendo que pierda el equilibrio.

Y como a mi todo me sale mal, pues del único lugar que consigo sostenerme es de él, de sus brazos. Fuertes, duros, con una piel cremosa y blanca.

Mis manos resbalan en su cuerpo aún húmedo y mi torso choca con el suyo haciendo rebotar mis senos en el traje de baño, pero él no se mueve, es tan grande que mi peso no le afecta, lo miro un segundo y puedo ver el reproche en sus ojos verdes.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt