➳ 5 | ¿Caza... qué? | ➳

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-Y dime Raven...-trago grueso mientras él juega con la navaja y me recuerda como el castaño lo hizo fuera de la habitación de espejos-, ¿cuantos años tienes?.

"No mires el suelo".

Lo veo directamente a sus ojos grises-. Dieciocho- hablo firme. Al instante, una cicatriz en su sien se hace visible con la luz. La ignoro por completo.

"No mires su cicatriz".

-¿Y cuando cumples años?- me mira intrigado, como si yo fuera una atracción turística para él. La posición en la que se encuentra, la vestimenta negra que trae puesta y sus definidos músculos lo hacen ver muy atlético pero a la vez elegante. Lo cual es algo extraño, ya que está vestido de forma muy casual. Lo que me da a entender que ese aire elegante es de él.

Él es elegancia.

Su tranquilidad me estresa.

- Cinco de diciembre-mi mirada se fija en un reloj que hay en la mesa.

11:35pm.

-¿De verdad?-exclama con picardía y yo subo la mirada. Su rostro realmente se ve sorprendido-. Que curioso...- sus cristalinos ojos se posan en la mesa un segundo, su modo pensativo me perturba asi que decido hablar.

-No tengo ni idea de porque estoy aquí, así que necesito que se deje de rodeos y me diga, que carajos hago aquí-él sube la mirada y sonríe de lado en una juguetona sonrisa.

-¿Y por qué me tratas como si tuviera cuarenta y cinco años?-me mira fijamente como si esperara una reacción de mi parte, asi que no se la doy. Sus manos se unen decidas, sus ojos gris plomo brillan por la curiosidad-. Además, ¿por qué la prisa?.

-Siempre me he caracterizado por ser muy directa y es normal que tenga prisa, ya que no sé en donde estoy-mantengo mi aire indiferente y despreocupado.

"No demuestres miedo".

-De acuerdo, vayamos al punto-se levanta y empieza a caminar por la habitación despreocupado con sus manos en los bolsillos de un pantalón de cuero negro-. Te preguntarás ¿Qué haces aquí?.

Bro llevo preguntándole desde que llegue.

Yo me mantengo mirando hacía adelante sin dejar de escuchar claramente. Siento como recorre la habitación detrás de mi.

Necesito saber que hago aquí.

- ¿Alguna ves haz asesinado a alguien?-su pregunta me toma por sorpresa y yo frunzo mi ceño. Me volteo rápidamente para enfrentar su pregunta.

No mato ni a una cucaracha, menos voy a hacerlo a una persona.

-No-respondo extrañada y ofendida.

-Bueno... va a ser hora de que lo hagas-abro mis ojos de par en par y a mi espalda la recorre un escalofrío realmente nervioso. El se encuentra despaldas a mi mirando la mini sala.

Reacciono de inmediato-. ¿Disculpe?... Yo nun-él me interrumpe.

-Ahora dices eso, pero créeme que pronto lo amarás, ya que... esa marca que tienes en tu nuca te lo va a permitir-frunzo mi ceño. Él continúa su camino y se sienta en uno de los sillones de la pequeña sala de la blanca habitación-. Es normal que ahora te sientas descolocada y perturbada, es normal en cada chico o chica que son reclutados-se cruza de piernas en un gesto casi femenino pero el movimiento se adapta a él viéndose realmente varonil. Su aspecto juvenil me da a entender que no debe de ser muy mayor.

-No entendí ni una sola palabra de lo que acaba... acabas de decir-me corrijo, él sigue con la mirada perdida en su juego macabro con la navaja.

Suspira cansado-. Siéntate-me ordena señalando el sillón que está enfrente suyo.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Where stories live. Discover now