➳ 2 | Inusual | ➳

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Palpitaciones intensas se posan en mi sienes, parpadeo estupidamente mientras intento aclarar mi nublada visión.

Me remuevo en donde sea que estoy y mi cuerpo tiembla de dolor.

Cuando mi vista se hace más clara abro completamente mis ojos y me encuentro con mi reflejo en una silla plateada con mi melena negra totalmente alborotada.

Ay santa madre...

Examino mis alrededores y solo veo espejos, muchos espejos los cuales me dejan con una imagen de mi que se repite millones de veces, no sé cual es el frente, ni cual es el atrás. Una habitación de espejos.

Mierda.

Que desesperante

¡Odio no tener el control!.

Y más si se trata de mis sentidos.

Veo a mi lado derecho y me encuentro con una mesa, del mismo color de la silla en donde me encuentro sentada. En ella hay cosas muy peculiares: armas.

Veo navajas, puñales, cuchillos para lanzar, una flecha, una jabalina que ocupa gran espacio de la mesa, un fusil, una pistola y por ultimo un hacha.

De repente algo en mi cuerpo siente la necesidad de tomar una de esas armas, siento como si fuera un impulso, la que más llama mi atención es la flecha, ya que me gusta mucho la arquería. Pero algo me dice que no solo la puedo utilizar para practicar, sino tambien me serviría para...

Sacudo mi cabeza alejando ese pensamiento pero me quedo mirando las armas de forma hipnótica. Todas se ven igual de relucientes que la mesa en donde se encuentran puestas. Es como si las fueran puesto ahi para tentar a alguien. Para eso están ahi, para ser eso:

Una tentación.

Recordando que toy a punto de morirme examinó en donde me encuentro atada y me encuentro en una silla de acero totalmente plateada. Mis manos estan esposadas a la silla.

El miedo se intensifica.

Me comienzo a mover para intentar zafarme, pero es inútil, las esposas parecen ser del mismo material que la silla. Me doy cuenta que mis pies también estan atados pero por una soga gruesa y de color canela.

Ya, de aqui salí violada.

Escucho voces y miro a mi alrededor buscando su origen. Siento las voces mas cerca y mi corazón empieza a palpitar ferozmente.

Si, violada y sin útero.

En mi campo de visión aparecen dos hombres vestidos completamente de ropa, ambos tienen un broche de color rojo vivo en el pecho haciendo que este resalte, mientras se van acercando y mis vellos se ponen de punta me doy cuenta de la forma de aquel brillante broche rojo. Es una daga con un círculo rodeandola.

Ambos entraron por una puerta a unos cuantos metros delante de mi.

Eso no fue difícil.

Mi mirada se fija más que todo en el pelirrojo, detallandolo, viendo su rostro e intentando no perder los estribos.

-¿A esta pecosa encontraste?-habla uno de cabello castaño y de cuerpo robusto, su presencia me causa escalofríos. Si voz es intimidante y ronca.

Levanto mis cejas ofendida. ¿Cree que por ser pecosa no mato ni a una cucaracha?.

El pelirrojo habla-. Si, parece que no mata ni una mosca, pero...-él avanza y se posiciona detrás de mi, lo veo a través de los espejos de enfrente y puedo ver que levanta mi coleta de caballo-, la tiene.

De inmediato se que se refiere.

Mi marca de nacimiento queda expuesta y a su visión, la examina como si buscara algo y el castaño se le acerca. Evalúa mi extraña y peculiar marca, los veo mirándose entre sí.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Kde žijí příběhy. Začni objevovat