➳ 14 | A plena vista | ➳

11.7K 755 287
                                    

Guapos no quiere decir que carezcan de inteligencia.

—¡Shhh!—exclamo cuando Becca pisa algo y esto cruje.

—¡Te dije que no soy buena para esto!. Una vez intenté robar a mitad de la noche uno de los cupcakes que mamá había hecho en la tarde—mira a los lados paranoica—, y termine con toda la crema pastelera en mi pijama de Piolín.

La miro.

—¿Que edad?—le cuestionó.

—Creo que tenía ocho—ruedo los ojos.

Camino mientras arregló mi chaqueta de cuero negra.

—Bec, esto es distinto, solo vamos a escabullirnos en las habitaciones de—

—La habitación, no hables en plural, solo será una—me corta.

—Dije que a las tres—le digo mientras tomo una respiración.

Estamos revisando que no haya nadie ya en la base, además de los generales y Cardenales que siempre se quedan por la reunión de adolecentes. Al recordarlo miro a Becca.

—¿Revisaste que Taylor estuviera en su oficina?—le pregunto.

—Sí y no está allí, creo que fue a la feria.

—Por favor Becca, ¿ya no está grande para esas cosas?—veo el Olimpo vacío y continuo avanzando.

—Raven tiene veintiuno, creo que todavía puede divertirse—aclara y me giro bruscamente.

—¿Qué qué?—la miro incrédula—, pensé que era mayor—frunzo el ceño.

—Pero no lo aparenta, la verdad es que está bastante bien para echarle un polvo...—abro mis ojos como platos atragantandome con mi propia saliva.

—Becca concéntrate y deja de pensar en Taylor—la tomo de los hombros—, en tu superior—dicto y sigo caminando.

Pasamos por el Olimpo, revisamos el gimnasio, el salón de juegos, el bar, el campo de tiro para armas de fuego, la cafetería y todo está desierto. Tenemos que asegurarnos de que todo esté bien a nuestro alrededor, si algo me han enseñado es que para poder ejecutar un plan tengo que descartar cabos sueltos, y si alguien llega a vernos intentando algo considerando el poder que tienen ellos aquí, van a ir corriendo a chismorear.

Le pregunto a Becca donde duermen los Quinn y ella se pone en camino a los dormitorios privados.

—Entonces... entramos, buscamos algo que nos grite "soy sospechoso", ¿y ya?—me mira confundida.

—Básicamente—me encojo de hombros—, creo que podemos sacar aunque sea algo.

—¿Crees?, ¿de verdad crees?, no, no, no, creer es malo—niega con sus ojos azules asustados—, esto fue una mala idea.

Ruedo los ojos, tomo de los hombros—. ¡Becca!—exclamo—, tranquila, todo va a salir bien. Y sí, yo creo, el creer es el principio del método científico; la hipótesis, así que no está mal tener optimismo 

Ella arruga sus rojas cejas.

—Y tú que, eres científica ahora.

—Preferiría no hablar de eso ahora—cambio de tema, llegamos a la entrada de los dormitorios y entramos con cuidado.

Le hago una seña a Becca para que no haga ruido y tomo una respiración profunda antes de seguir caminando, apoyo mi oreja en cada puerta para comprobar si hay alguien en las habitaciones pero no percibo nada más que silencio. Sigo avanzando.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Where stories live. Discover now