➳ 16 | Grotta del lupo | ➳

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El dolor es relativo... al menos para Raven.

—Hola nena—me saludó Liam al momento en que entró a mi habitación con total confianza ya que mis padres estaban deviaje.

—¿Me extrañaste?—le cuestione mientras me bajaba de la cama.

—Diablos... como no tienes idea— me miró de arriba a abajo notando que solo traía puesta una camisa larga.

Lo tomé del cuello y comenzamos a besarnos con anhelo, con desesperación intentado saciarla por tanto tiempo sin vernos.

—Te traje algunos regalos—mi rostro automáticamente se transformó en pura alegría. Adoraba los regalos que me traía de sus viajesMi ojos brillaron cuando los sacó de su chaqueta y me los tendió.

—¡Gracias!, tengo tiempo sin recibir un regalo

Me miro antes de sonreír.

—Todo para ti Rav...

Me senté a en mi escritorio y los puse en la mesa para proceder a abrirlos.

Adoraba esos regalos...

Me atraganto con el mismo aire cuando despierto de golpe y con la respiración acelerada, mi pecho sube y baja demasiado rápido. Siento mi cuerpo sudoroso y sensible.

Tengo los nervios de punta y  los sentimientos a flor de piel, no puedo evitar las sensaciones que me invaden al recordar esos momentos, como estaba en esos momentos, como me sentía.... mi pecho se hincha otra vez e intento calmarme. Mi cabeza inconscientemente recopila mi vida pasada, todos los recuerdos pasan por mi mente como un flash.

Sacudo mi cabeza.

Solo fue una pesadilla, una horrible y fea pesadilla...

Paso las manos temblorosas por mi rostro en un fallido intento de relajarme, controlo mi respiración y cierro mis ojos. Apoyo mis manos manos detrás de mi y dejo caer mi cabeza hacía atrás.

Eso es, solo keep calm y bañate que hueles feo

Ruedo mis ojos y me lanzo una vez más en mi cama. Miro el techo buscando que el sueño llegue a mi, cierro mis ojos una vez más controlando aún mi respiración, sube... baja... sube... baja.

Hago acopio de todo mi razonamiento para que esto no vuelva a pasar. Hace mucho tiempo que no tenía estas pesadillas.

Mi pecho se alza cada vez menos, necesito relajarme.

Una pajita mañanera no estaría mal...

Río para mis adentros.

Sin embargo, cuando estoy a punto de caer rendida, la puerta se abre de golpe.

—¡Son las seis y veinte de la mañana!—la voz de Alexey hace que mi cuerpo respingue muerta del miedo.

Este imbecil... tengo los pelos de punta y entra de esa manera.

—¡El entrenamiento es a las seis!—grita y yo gruño aturdida, me cubro más con la sábana

Ruedo los ojos debajo de la sábana y la tomo con más fuerza.

—¡Raven mueve el culo!—exclama.

Suelto un quejido.

—Raven...—su voz masculina y ronca hace que mi piel se erice. Y más cuando su tono es así de advertencia.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Where stories live. Discover now