ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]

➳ 22 | Vindicta | ➳

La venganza es un plato que se sirve frío o... ¿con Celestial?

—Antes  de comenzar tienen que saber que mi entrenamiento es distinto al de sus profesores—Taylor se pone frente a nosotros.

Estamos todos en fila con las manos detrás de la espalda.

—Soy más estricto, utilizo sus fortalezas y debilidades para explotarlas y así sacar lo más rudo y fuerte de ustedes—se quita la camisa y queda con el torso descubierto.

—Empezamos bien—susurra Katara a mi lado.

Yo ahogo una risa y me pongo erguida.

¿Está bueno?, sí. Bastante, se le veía por encima de la ropa. Los músculos siempre le han resaltado y puedo apostar a que mide como un metro noventa, es demasiado alto.

Tomo una respiración profunda.

—Los voy a hacer enfadar, llorar, sangrar y hasta decepcionarse de ustedes mismos, pero esos son los pasos que tienen que subir escalón por escalón para llegar al éxito—se cruza de brazos—. Deben saber como soportarlo ya que de aquí en adelante no hay retorno. O lo hacen a las buenas o a las malas pero ahora son...

Baja la mirada.

—Serán, el escuadrón más entrenado y fuerte de blody place.

Miro a todos que siguen con semblante atento.

—Me gusta la disciplina y el orden, así he logrado todo hasta ahora; mi puesto, el respeto y sobre todo la confianza de Kay—ruedo los ojos ante su alarde.

Se encoje de hombros.

—Sean astutos—mira a Alexey—. Inteligentes—sus ojos van a Kalet—, y sobre todo hábiles—su mirada termina en Lucka. 

Sus ojos no denotan decepción al verlos, es más... como un; sean igual a ellos.

Al recordarlo miro a zafiros.

Tiene el rostro decaído, las venas de sus brazos sobresaltan más de lo normal y están más oscuras, ya que sus vasos sanguíneos se dilataron por toda la electricidad a la que fueron expuestos.

Sus ojos están muy rojos y con bolsas debajo.

Sonrío.

Han pasado tres días y esta peor de lo que pensé, pero esos síntomas van a desaparecer dentro de unos cinco días por que fue sometido a descargas que aunque son dolorosas, el cuerpo humano las soporta.

Tiene una camisa de manga corta que se ciñe a su torso, ladeo la cabeza. Ni medio muerto deja de verse bien, pero he de admitir que fue un buen ataque y sólo estoy calentando.

—Por ahora haremos enfrentamientos sorpresa—se empieza a quitar los zapatos. Al ver que no decimos nada levanta la mirada—. ¿Entendido?.

Todos decimos que sí con la cabeza.

—Tomen una arma de su preferencia—dice y empieza a calentar su cuerpo.

Los doce nos separamos en el Olimpo en busca de un arma digna para nosotros. Veo a otros ir por jabalinas y algunos van por armas de fuego.

Yo solo camino hacia un lugar con la mirada fija en el arma de titanio puro que brilla ante mis ojos, cuando llego la tomo entre mis manos y su temperatura fría me eriza lo vellos demostrando lo fuerte y poderosa que es.

Arco y flecha.

Huelo su aroma a nuevo, sin usar y sólo, sólo mío.

Me pongo las flechas en la espalda y camino a el lugar en donde estaba.