➳ 37 | Suplicio | ➳

9.5K 641 189
                                    

3/3


Amor.

La idea de amor de los demás no es igual a la mía.

Nací en un hogar un poco complicado. ¿Mis padres me aman? Claro, pero su forma de demostrarlo era con cosas materiales; si me querían ver sonreír me compraban un juguete que apenas estaba saliendo a la televisión. Me querían, pero demostraban su amor con dinero y yo me acostumbré a eso.

Me aproveche, serían las palabras correctas.

Estaba siempre tres pasos delante de ellos, los manipulaba y les mentía. ¿La razón? Sencillo; era una niña caprichosa, obstinante, mimada y muy, muy inocente respecto al mundo.

¿Alguna vez me he enamorado?. No, por supuesto que no.

Pero uno no necesita estar enamorado para hacer cosas estúpidas y yo cometí muchos errores cuando un chico me dio atención en el momento equivocado. ¿Por qué? Yo no tenía una buena idea del amor y por lo mismo cuando él me dio esa forma de amor, la acepte.

Las personas no se vuelven asesinos porque así nacen.

Todo lo que lleva a esa persona a volverse así, para desarrollar esa personalidad o actitudes viene de un lugar.

El hogar.

Yo tuve un hogar sano, dejando de lado el cariño de mis padres que estaba ausente por trabajo. Pero desde que inició todo nunca he podido encontrar el porqué de como soy o que me llevo a todo eso y sea la razón por la que sea; me ha hecho muy fuerte física y mentalmente.

Nunca me he sentido mal o triste porque un chico me haya rechazado.

¿Lo han hecho?. Claro que sí, no soy perfecta.

Pero nunca me había dolido como ahora.

Prenso la flecha en mi arco lo más fuerte posible, nivelo las plumas de vinilo a mis labios y miro el blanco frente a mí. Nítido, de color rojo y circular. Mi pecho sube y baja lentamente, controlando tanto mi respiración como precisión.

Mis ojos oscuros no se separan del blanco.

Las yemas de mis dedos suplican que suelte la cuerda rustica del arco así que lo hago y dejo a la flecha volar.

Ella atraviesa el campo de tiro y da justo en el medio de mi objetivo.

Escucho las discretas aprobaciones detrás de mí y me volteo.

Todos solo murmuran mientras me ven.

Ya yo me canse de que me rechacen como si ser Hibrida se tratara de alguna enfermedad que se contagia por medio de las miradas o algo por el estilo. Siempre que los veo, me evaden y es horrible ver como tus amigos te dan la espalda de ese modo.

Pero aunque quiera no puedo culparlos.

Si estuviera en sus zapatos, también me alejaría.

La única que me ha dirigido la palabra es Becca.

—¿Cómo haces para siempre dar en el centro?—ella me pregunta curiosa mientras se hace una cola de caballo.

—Llevo practicando desde los trece, si no diera en el centro es como una falta de respeto a mi instructor.

Ella frunce los labios viendo a Alexey pasar.

—Una vez me dio un truco. Tenía que imaginar que el centro era algo que anhelara con mi vida y que si le daba, sería mío pero si fallaba se me iría escapando cada vez más.

ARMAS LETALES © [ Despiadados I ]Where stories live. Discover now