CHAPTER TEN

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Abby supo dos cosas en cuanto Scott les contó que Matt era quien controlaba al kanima. La primera, que odiaba a ese chico más que cuando le conoció y se chocó con ella en el pasillo a propósito. La segunda era que sus padres la iban a matar.

El móvil no paraba de vibrar en su bolsillo y ella lo silenció, porque de ninguna manera iba a aguantar una bronca de sus padres con algo así entre manos. Tan solo alcanzó a ver que Allison no le había enviado ningún mensaje y había desaparecido misteriosamente. Pero sabía que estaba bien, porque no había ningún motivo que supieran para el que no lo estuviera, simplemente sabían que su padre la había llamado. Abby recibió varios mensajes de sus padres de golpe, al parecer se habían enterado de que la policía había irrumpido en la fiesta y para colmo ella llegaba una hora tarde a casa, pero continuó ignorándolos con una mueca mientras llamaba a Lydia. 

Mientras caminaba a casa, había llegado a la conclusión de que aquello que les había hecho alucinar y les había enfrentado a uno de sus peores miedos había sido el ponche. Al menos lo que contenía, y la castaña dudaba que la pelirroja no supiera los ingredientes de su propia bebida. Obviamente ella no lo cogió y suspiró mientras caminaba por la calle totalmente vacía, estaba yendo a casa, no para ir a dormir por mucho que le gustaría sino para robarle el coche a su padre. Scott había llamado una sola vez a Derek, pero nadie había contestado. Eso la exasperaba todavía más, ¿a quién diablos le daba por desaparecer justo ahora? Al final, el alpha le había pasado el número de Derek, a pesar de que era su última opción para encontrarle. Marcó otro número, pero la diferencia de este a los otros era que Isaac sí contestó al segundo tono.

¿estás bien? ¿estás herida?

Isaac, estoy bien.—dijo Abby, sin poder contener un suspiro de alivio al escuchar su voz—. Ahora mismo, estoy perfectamente.

– Menos mal, ¿dónde estás? 

– De camino a casa, pero no por mucho tiempo.

– ¿Qué quieres decir con eso?

– ¿Sabes donde diablos se ha metido Derek? Creo que Scott le va a necesitar.

– Ha desaparecido de un momento a otro, Erica y Boyd están cada vez más descontrolados.

– ¿Quieres que vaya?

– ¿Estás loca? No voy a dejar que pises esto hasta que amanezca.

La castaña suspiró, porque de ninguna manera iba a convencerle, pero también acabó sonriendo. Sabía perfectamente lo mucho que le gustaba el rubio y verle protegerla constantemente (además de que le había respondido al móvil aún vigilando a dos lobos transformados) la enterneció lo bastante para querer ir en ese momento con él. Pero no lo hizo por mucho que quisiera, porque Scott la necesitaba.

– Vale, tú ganas. ¿Estás bien? —le preguntó, casi susurrando mientras abría la puerta principal de su casa para estirar la mano hacia el llavero, consiguiendo que las llaves resbalaran por sus dedos hasta llegar a la palma de su mano.

–  Contando que no estoy mordiendo ninguno de estos barrotes, sí. 

– Entonces no te equivocaste con tu ancla.

– No...—Abby casi sintió como se llevaba la mano a la nuca, por lo que tan solo sintió más curiosidad por saber qué era lo que anclaba a Isaac al mundo—. Te voy a colgar ya, creo que Derek acaba de llegar.

– Cuando esto acabe hablaremos, me debes una respuesta sobre tu ancla.—dijo Abby, metiéndose al asiento piloto del coche de su padre y cerrando ruidosamente, a lo que hizo una mueca para después volver a la llamada al mismo tiempo que metía las llaves y arrancaba el motor—. Y oye, dile a tu alpha que menee el culo, le espero en comisaría.

𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac laheyWhere stories live. Discover now