𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac lahey

CHAPTER ELEVEN

Enamorarse es una mierda, y si es de tu mejor amigo, es aún peor. Abby estaba segura de ello.
Quizás si se tratase de alguien a quien hubiese conocido hace unos meses sería más fácil. Pero en cierta manera, no podía imaginarse al lado de otro que no fuera Isaac. No podía dejar de mirarle, ni cuando se conocieron a los ocho años en un parque ni ahora que estaba peinándose en el espejo de su habitación.

Había pasado una semana desde lo ocurrido en la comisaría, Isaac y ella los habían pasado encerrados en la habitación de la chica la mitad del tiempo. Habían estado haciendo el tonto, más que otra cosa y ninguno había mencionado nada sobre su casi beso ni lo que aquello conllevaba. Esto a Abby le parecía temporal, como la calma antes de una inevitable tormenta, porque sabía que ella no aguantaría más si seguían tratándose como mejores amigos cuando lo único que quería era besarle de una vez por todas. Y es que por mucho que tratase de hacerlo a un lado, tenía miedo de que si dejaba de evitar su contacto y reprimir sus sentimientos, su amistad jamás volvería a ser la misma si algo salía bien. Su cabeza estaba llena de ideas sobre lo que pasaría si sucumbiera a sus impulsos, pero sabía que Isaac pensaba lo mismo que ella. Aunque el rubio estuviese convencido de que si algo saliera mal él haría todo lo posible para no perderla, tampoco quería arriesgarse. Porque si había una posibilidad de perderla al confesarle lo enamorado que llevaba tiempo estando de ella, no la correría. Estaba dispuesto a aguantar cualquier cosa si así la conservaba cerca de él.

- ¿Vas a ir a hablar con Derek?

- ¿Por qué?

- Lleváis dos días sin hablar después de que... me eligieras sobre ellos. -dijo Abby, entonces Isaac se giró para mirarla y se acercó a ella, poniéndose frente a frente y alcanzando una de sus manos con suavidad.

- Ir a hablar con él significaría arrepentirme de lo que dije.-habló en voz baja, acariciando la mano de Abby lentamente-. Y no lo hago.

- Pero...

- Ya no soy de su manada, Abby. No más. -la interrumpió-. Además, Erica y Boyd se largan a no sé donde, dicen que han encontrado una manada.

- ¿Te vas con ellos?

- Jamás se me pasaría por la cabeza.-contestó de inmediato. Después sacudió la cabeza y soltó su mano, dirigiéndose a la ventana-. Yo voy a ver a Scott.