CHAPTER TWENTY NINE

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Abby durmió dos horas y, cuando se despertó, vio que la puerta de su habitación estaba abierta

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Abby durmió dos horas y, cuando se despertó, vio que la puerta de su habitación estaba abierta. Ella suspiró antes de salir y dirigirse a la cocina, pero cerró la nevera nada más abrirla. No tenía hambre ni quería pasar más tiempo del necesario en esa casa, así que subió a cambiarse y se bebió un café de camino al instituto.

Suponía que Stiles debía estar ya ahí, porque ella se había perdido tres clases y cuando llegó y vio el jeep en el estacionamiento, la presión en su pecho por la noche que había pasado se disolvió. Entró al instituto y el entrenador pasó por su lado con un megáfono.

- ¡Stones, por fin te veo! ¡La clase empieza en tres minutos! ¡Que no haya luz no es excusa para no ir!

Ella lo observó alejarse con el ceño fruncido y después tiró el café vacío en una papelera para dirigirse a su taquilla. No veía a nadie conocido por el pasillo, así que la abrió y rebuscó en ella hasta conseguir su móvil. Tardó un rato en encenderse, pero cuando lo hizo le llegaron todas las notificaciones de golpe.

Allison: Creo que lo he encontrado.

Allison: ¿¿Abby??

Stiles: Va a por Kira, ¿paso a buscarte?

Stiles: ¿Abby?

Stiles: ¿Va todo bien?

Stiles: Tu padre me ha dicho que te encuentras mal, ¿te llevo algo?

Stiles: Llámame cuando puedas, por favor.

Scott: Has encontrado algo?

Scott: Abby, dónde estás?

Lydia: Nos preocupas, ¿estás bien? Si te has olvidado de cargar el móvil te mataré, Abigail.

Isaac: Abby, necesito verte

Isaac: Es urgente

Isaac: Necesito saber que estás bien

Isaac: Pensaba ir a verte, pero ha pasado algo

Isaac: ¿Abby? Por favor.

También tenía tres llamadas perdidas de Isaac y dos de Stiles, pero Abby decidió ignorarlas para escuchar el mensaje de voz de su padre. Tardó unos segundos en encontrarlo, pero cuando lo hizo le dio a reproducir y la voz de su padre empezó a sonar.

- Abby, tienes que volver. Aleja a tus amigos de Barrow, todos estáis en peligro.

Abby cerró la taquilla mientras su rostro se llenaba de una enorme confusión y fue caminando, mirando el mensaje de voz y recordando lo que pasó en el día anterior con su padre. ¿Cómo podía enviarle esto y después recibirla con tanto enfado?

Sin verlo venir, unas manos taparon su boca y la metieron al armario del conserje. Abby trató de soltarse y gritar, pero él apoyó su barbilla en su hombro y susurró:

𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac laheyWhere stories live. Discover now