CHAPTER TWENTY FOUR

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Dos horas después

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Dos horas después

- ¿Quieres compañía?

Abby levantó la mirada hacia Isaac y se encogió de hombros. Llevaba sentada en el suelo dos horas, sin haber dejado de pensar en ningún momento ni haber apartado la mirada de la bañera en la que Stiles se encontraba.

- Estarán bien.

Abby le miró y sonrió suavemente, antes de apoyar la cabeza en su hombro, esforzándose por no pensar en como todo había cambiado desde que la manada de alfas llegó a Bacon Hills y cómo había destacado su relación con Isaac entre todo eso. 

Cuatro horas después

Abby estaba sentada en una de las sillas de la sala de espera, con la cabeza apoyada en la pared y los ojos cerrados, con unas oscuras ojeras bajo sus ojos. Lydia se acercó a ella, se sentó a su lado y ambas se miraron.

- Cuando todo esto acabe te arrastraré al centro comercial y no pararemos en todo el día. Después vendrás a mi casa, o yo a la tuya, y hablaremos. Tal y como hacíamos antes de vernos envueltas en el show del lobo feroz. -Lydia lo dijo tan bajito que Abby supo que no quería llamar la atención de Isaac y Deaton.

Abby cubrió su mano con las suyas y le dedicó una sonrisa sincera. La presión en su pecho se redujo al verla allí. 

- ¿Sabes? A veces me arrepiento de meterte en todo esto. Podrías haber terminado aquella noche siendo la reina del baile y en cambio, Peter llegó a ti.

- No lamento nada, Abby. Puede que quizás algunas heridas, pero me habría visto envuelta tarde o temprano. ¿Sabes lo que nunca he entendido? Que estuvieras en todo esto desde el principio y, sin embargo, nunca te he visto perder los nervios o volverte demente.

Abby hizo una mueca y apretó su mano, evitando mirar hacia las bañeras. ¿Qué tan bien parecía estar como para que no notara que había perdido los nervios en cada momento? No podía esperar más, era cierto que nunca lo había hecho delante de nadie. Jamás había dejado que nadie más viera el desastre en el que se encontraba su mente y sorprendentemente, todavía no había ocurrido nada que le hiciera perder todos los hilos. 

Antes de poder responder, Lydia se apoyó en su hombro y continuó hablando.

- Siempre te he admirado y, al enterarme de todo, eso no cambió. Creo que Stiles tiene suerte, ambos la tenéis. Habéis sufrido tanto que tiene sentido lo vuestro, es como si por fin hubiese algo justo en este pueblo. 

- ¿Qué quieres decir? -nadie respondió y Abby ni siquiera la llamó. Sabía que se había quedado dormida, así que dejó un beso en su cabeza y cerró los ojos también. 

Podían haber cambiado muchas cosas estos últimos años, pero no su amistad con Lydia. Aquello la reconfortó lo bastante como para conciliar el sueño.

𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac laheyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora