EPÍLOGO

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Cuatro años después

Abby

Todos tenemos historias, es algo que aprendí con el paso de los años y de la gente. Algunos de nosotros seguimos planes que no tenemos asegurado que vayan a funcionar y, a veces, sucede lo que nunca pensamos que pasaría.

Siempre he pensado que la peor parte de las historias es el final. No sabemos lo que sucederá, solo que terminará pronto. El final de un buen libro, de una canción, de una batalla o incluso de una vida eran cosas que me asustaban de pequeña porque no tenía forma de saber el desenlace antes de que ocurriese.

El fin del instituto también llegó y con ello la universidad. Me costó echar las matrículas por el simple hecho de tener miedo a los cambios y dejar Bacon Hills después de todos esos años.

- Abby, dale a enviar ya o lo haré yo. -me dijo Stiles un día de verano en mi habitación, cuando conseguí elegir universidad.

Estuve entre miles de carreras, pero al final me matriculé en derecho. Supongo que Bacon Hills me había ayudado a desarrollar una habilidad terrorífica para ganar en discusiones y prevenir lo que pudiese ocurrir para saber afrontar la situación. Todavía no sabía si debería alegrarme o no por ello, pero mi novio ya se alegraba lo suficiente por los dos.

Isaac solía decirme que las cosas llegarían a su debido tiempo, pero él siempre había sido más de vivir en el presente y confiar en que lo que tuviera que pasar, pasaría. Fue el primero en ayudarme a hacer las maletas cuando encontré una casa y el único que me conocía lo suficiente como para asegurarme que todo iría bien. Entonces le pedí que viviéramos juntos, lejos de este pueblo y su afán por los problemas.

Cuando nos mudamos juntos él pasó semanas sin saber por dónde empezar, pero se decidió a intentar entrar en veterinaria. Habló miles de veces con Deaton sobre ello y cuando lo consiguió, estuve tan feliz por él que volví a casa con un perro adoptado. Él alucinó, todavía sonreía al recordar la expresión en su rostro cuando el perro se lanzó sobre él. Yo bromeé con ello, porque era como si se hubieran reconocido mutuamente.

No demostró miedo cuando nos mudamos, ni cuando tuvo que empezar con la carrera, ni siquiera cuando la vecina del quinto piso bajó para pedirnos que le cuidáramos las plantas y él aceptó enseguida, a pesar de no tener ni puñetera idea de cómo mantener a una planta con vida.

Siempre me decía que, si no tenía miedo, era porque yo estaba con él. Pero jamás lo había visto tan asustado como esta mañana, cuando vio mi cara al colgar una llamada con Derek.

- Abby, no puedes ir como si nada, no sabes lo que puede estar pasando ahora mismo. -me dijo mientras me seguía por el largo pasillo hasta nuestra habitación, yo asentí y metí la cartera y una daga que llevaba tiempo sin usar en la mochila, sin hacerle mucho caso.

𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac laheyTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon