𝐂𝐀𝐓𝐂𝐇 𝐌𝐄 || isaac lahey

CHAPTER TWENTY SEVEN

[Segunda parte]

Cuando llegaron a su casa después de recoger la ropa de Stiles, su madre se asomó por la puerta de la cocina y tardó algunos segundos de más en responder, pero terminó sonriendo con una mirada confusa dirigida a su hija mientras avanzaba hacia ellos después de dejar su té en la encimera.

- ¡Stiles! Me alegro de verte, ¿te quedas a cenar?

Él miró a Abby con una mano en su nuca y una sonrisa en sus labios que delataba su desconcierto al ver a la adulta allí.

- Abby necesitaba ayuda con unos deberes de economía y me ha invitado -improvisó, fulminando con la mirada a su novia al ver su sonrisa-. Espero que no le moleste.

- ¡Para nada! -contestó su madre, mirando de reojo a Abby con una sonrisa antes de seguir hablando-. De hecho, hoy tengo turno de noche. Yo ya he cenado, pero tenéis la comida en la nevera.

- Muchas gracias, señora Stones. -dijo Stiles, sorteando a la madre de su novia y dirigiéndose a la cocina al notar que necesitaban algo de privacidad. Aunque Abby sabía que era por escapar de un momento incómodo.

Cuando no vieron a Stiles desde donde estaban, su madre se acercó a ella y empezó a susurrar.

- ¿Puedo estar tranquila si os dejo aquí?

- Mamá, no tenemos catorce años.

- Mira por dónde, eso es lo que me preocupa -Abby entornó sus ojos y su madre continuó-. Como sea, no quiero saberlo. No lleguéis tarde mañana y... cuidaros, ¿vale?

- ¡Mamá!

- Yo también fui joven en su momento, Abigail. He envejecido, pero no me he vuelto tonta. -cogió las llaves después de ponerse una chaqueta fina y volvió a mirar a su hija, esperando que ella le confirmara que le haría caso.

- Por Dios, no va a pasar nada de eso. Vete ya.

Su madre soltó una carcajada y besó su frente antes de cerrar la puerta poco a poco. En el último momento, volvió a asomarse y le guiñó un ojo, Abby reaccionó cerrando ella misma la puerta y suspiró apoyada en ella.

De repente, algo chocó con su espalda y ella se giró de repente, observando la mandarina que rodaba por el suelo. Al alzar la mirada y ver a Stiles en la puerta, enarcó una de sus cejas.

- ¿Acabas de lanzarme una mandarina?

- ¡Acabas de dejarme a la deriva con tu madre!

Abby soltó una carcajada y Stiles lanzó otra mandarina, pero Abby la cogió en el aire mientras seguía riendo.

- ¿Tienes algún fetiche con las mandarinas?

- ¿Quieres empezar la noche hablando de fetiches? -contraatacó Stiles. Abby le tiró la mandarina de nuevo y caminó a la cocina.