Lirios - Alegras mis días

C114 - Apertura de la Casa Qingfeng

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Shen Anxin sintió que Zhao Jinge estaba realmente en una situación complicada. Incluso escribió mal el nombre de Jiang Zhen.

Sabía que Jiang Zhen sabía leer y que había estado estudiando mucho, así que quería que Jiang Zhen lo supiera, así que le dijo: ―El nombre de Jiang Zhen es fácil de escribir. Jinge, ¿déjame enseñarte? 

Tras coger el pincel y mojarlo en la tinta, Shen Anxin se dispuso a escribir en un papel. Una vez escribió en secreto el de Jiang Zhen, y ya había practicado muy bien la escritura de estos dos caracteres, así que...

Antes de que Shen Anxin terminara de escribir, el trozo de papel que tenía delante fue retirado por Jiang Zhen. ―No te molestes en enseñar. Vamos a comer. ¡Por favor, vete! 

La expresión de Jiang Zhen era muy fría, por lo que Shen Anxin no pudo evitar sentirse aturdido al ver su expresión. Jiang Zhen no era cálido con él antes, pero lo trataba mucho mejor que Feng Jingyuan, pero en ese momento, incluso tiene la sensación de que Jiang Zhen podría golpearlo.

Jiang Zhen realmente quería golpearlo. Él siempre había sido directo, así que naturalmente, no vio la intención oculta de Shen Anxin, pero Jiang Zhen aún sentía que este Shen Anxin podría tener malas intenciones.

No prohibió a Zhao Jinge que se reuniera con otros. Zhao Jinge salía a hacer negocios y entrenaba con sus hombres, pero nunca sintió nada al respecto, pero esta vez... Zhao Jinge siempre le hablaba de la gente con la que se relacionaba, pero, ¿qué significaba que esa persona fuera a su casa casi todos los días? Además, ¡Zhao Jinge ponía demasiada atención en Shen Anxin!

―Maestro Jiang. ―Shen Anxin miró a Jiang Zhen con inquietud. Jiang Zhen le daba tanta importancia a Zhao Jinge; ni siquiera había dicho nada importante, pero ya estaba muy enfadado. ¿Era Zhao Jinge digno de su trato?

―Jiang Zhen, Anxin no quiso... ―Zhao Jinge quería decir que la persona que Shen Anxin quería criticar era en realidad él y no quería decir intencionalmente nada malo sobre Jiang Zhen.

Anxin... Zhao Jinge en realidad lo llamó por su primer nombre... Jiang Zhen miró a Shen Anxin y dijo: ―Eres una persona importante en la Familia Shen, por lo que no deberías tener que venir a cenar a las casas de otras personas. 

Jiang Zhen no dijo demasiado, pero incluso estas palabras fueron demasiado para Shen Anxin. Alguien que le gusta estaba tratando de alejarlo...

―Maestro Jiang, me iré inmediatamente ―, dijo Shen Anxin.

―Deberías haberte ido hace mucho tiempo. En nuestra aldea, la gente que no se va a la hora de la cena sería regañada. ―Jiang Zhen dijo eso porque la mayoría de la gente de la aldea no tenía dinero, así que odiaban a la gente que quería unirse a sus comidas.

No le faltaba comida, pero tampoco podía esperar a que Shen Anxin se fuera pronto. Shen Anxin se quedaba en su casa todo el día, y le resultaba difícil comer a solas con Zhao Jinge cuando llegaba a casa. A veces quería tomarse un descanso al mediodía y echar una siesta. Antes, Zhao Jinge le acompañaba a menudo, pero ahora... Con un forastero en casa, Zhao Jinge no tuvo más remedio que acompañar a ese Shen Anxin.

Los tres hombres estaban hablando cuando Zhao Mingzhu lloró en la cama junto a ellos.

Zhao Mingzhu llevaba un rato despierta, pero nadie le prestaba atención, así que, ¿no debía enfadarse y protestar?

―Mi Mingzhu, ven. Padre te dará un abrazo. ―Jiang Zhen la levantó y besó el blanco y tierno rostro de Zhao Mingzhu. Después de besar el lado izquierdo, fue a besar el lado derecho.