Lirios - Alegras mis días

C144 - Wen Yingniang se va a casar

◦✤✤✤◦

Wen Yingniang no era una persona de buen carácter, y en este momento, estaba realmente enfadada con la Familia Liao.

Ese Liao Qinghe estaba escribiendo poemas y pinturas; no sólo se retrataba a sí mismo como un patético modelo de santo del amor, ¡sino que seguía menospreciándola!

Esta persona incluso escribió un poema para recordar su pasado, afirmando que la peonía se había convertido de algún modo en una espina, y extrañaba su toque suave mientras la espina lo atravesaba por todo el cuerpo.

¡Malditas espinas!

Originalmente, Wen Yingniang quería volver a Minnan después de deshacerse de su propiedad en Fucheng, pero desde que la Familia Liao hizo tanto alboroto...

Si se fuera en este momento, ¡parecería que la estaban echando y que tenía que huir!

Además, todo Fucheng pensó que tendría una vida miserable en el futuro.

Wen Yingniang fue incapaz de tragarse su ira.

Además, también estaba un poco preocupada por cómo viviría después de ir a Minnan.

Sus hermanos ya tenían sus propias familias, y esas cuñadas no la odiaban antes, pero si volvía a mudarse, quizá ya no la quisieran, al igual que sus padres.

Aunque Wen Ming no dijo mucho, pudo oír que sus padres querían que volviera y se casara, pero si se casaba, ¿quién podía garantizar que lo hiciera bien?

Ya era vieja y no podía dar a luz; tenía fama de ser una mujer celosa y de estar divorciada. Se estimaba que el viudo con hijos querría casarse con ella por su gran dote.

Si no se casaba... su reputación era tan mala que también podría afectar al matrimonio de varias de sus sobrinas.

―Podría ser bueno encontrar un hombre que no tenga más que la cara, ¡de todos modos no necesito vivir usando el dinero de otras personas! ―Dijo Wen Yingniang; iba a encontrar a alguien que pudiera manejar, pero si seguía sin estar satisfecha... lo peor que podía pasar era el divorcio.

Ella ya se divorció una vez, ¡así que ya no le importaba!

―Señorita, su señoría seguramente no estará de acuerdo ―, dijo inmediatamente Wen Ming.

―Si te digo que encuentres a alguien, sólo tienes que encontrarlo. Es mejor encontrar a alguien que pueda controlar que casarse con alguien y no saber qué pasaría después ―, dijo Wen Yingniang. Le parecía que la vida actual de Zhao Jinge era bastante buena, sólo que un hombre como Jiang Zhen no era muy fácil de encontrar.

―Señorita, ¿realmente piensa hacerlo? ―Wen Ming volvió a preguntar.

Wen Yingniang asintió.

Entonces, Wen Ming dijo de repente: ―Entonces, señorita, ¿qué piensa de mí? 

Jiang Zhen adivinó correctamente; realmente le gustaba Wen Yingniang. Una dama tan atractiva, ¿qué podía no gustarle?

Pero su estatus y el de Wen Yingniang eran demasiado diferentes; aunque al Maestro y a su Señora les gustara mucho, seguía siendo imposible casarse con Wen Yingniang, así que antes ni siquiera se atrevía a pensar en ello.

Pero esta vez, vio una buena oportunidad.

Era un sirviente de la Familia Wen, pero ésta no tenía su escritura de venta. Aunque había ganado mucho dinero para la Familia Wen a lo largo de los años, la Familia Wen también le había dado mucho dinero. Aunque su fortuna familiar no era demasiada, seguía siendo de doscientos o trescientos mil monedas de plata.