Lirios - Alegras mis días

C048 - Robo y antirrobo

◦✤✤✤◦

En realidad, fue bastante rentable para Jiang Zhen comprar bienes y venderlos en varias aldeas, pero no mucha gente elegiría hacerlo. Al menos, ninguno de los comerciantes marítimos en el Condado Hecheng que fueron a comprar productos con Jiang Zhen eligió hacerlo, porque en realidad era muy peligroso.

Si un pequeño comerciante recogiera algunos bienes y los vendiera solo en aldeas familiares, podría no ser peligroso. Después de todo, todos se conocían. Las personas que eran pobres, como Wang Haisheng, que solía navegar con su viejo barco a lugares desconocidos, generalmente no estaban en peligro. Después de todo, incluso si los robaras, no obtendrías mucho dinero. Pero un pequeño empresario como Jiang Zhen, que llegó a un lugar completamente nuevo con un lote de productos...

La mayoría de la gente en el mundo era honesta, pero nunca hubo escasez de ladrones y bandidos, y a los bandidos les gustaba robar a pequeños comerciantes como Jiang Zhen.

Los pequeños empresarios generalmente no traían demasiada gente, y era fácil tratar con ellos. Además, tampoco tenían mucho poder. Incluso si fueron robados, no pudieron causar problemas a esos bandidos y ladrones. Solo podían culpar a su propia mala suerte si los mataban...

En estos días, si alguien murió en un lugar desconocido, su familia no podría encontrarlo, incluso si quisieran. En cuanto a informar a los oficiales... Si alguien que no conoces murió, ¿quién lo denunciaría a los oficiales? Incluso si se informó a los oficiales... El gobierno generalmente arrojaba el cuerpo a una fosa común.

Si había un grupo de bandidos que había reunido a docenas o cientos de personas, y estas personas causaron muchos problemas, el gobierno podría enviar a alguien para eliminarlos. Pero si varias personas se unieran para robar a un pequeño empresario, el gobierno descuidaría este asunto y ni siquiera trataría de atrapar a nadie.

Las personas que detuvieron a Jiang Zhen esta vez eran un pequeño grupo de bandidos de agua. Eran gente corriente de las aldeas vecinas a los que no les gustaba trabajar en el campo, así que empezaron a crear problemas. Primero, robaron pollos o golpearon a un perro. Más tarde, después de robar a un pequeño empresario, descubrieron que el dinero ganado con el robo era una forma muy rápida de ganar dinero, mucho mejor que robar a los aldeanos, así que simplemente se convirtieron en bandidos de agua.

Tenían dos barcos y se turnaban para buscar objetivos en la zona. Elegían especialmente a este tipo de pequeños empresarios que llevaban mercancías. Aunque no se hacían ricos con los robos, podían comer carne y pescado, beber vino y vivir una vida muy feliz la mayor parte del tiempo.

Esta vez, su objetivo era Jiang Zhen y Wang Haisheng. Sabían que eran extraños a primera vista. Llevaban muchos bienes a bordo y también tenían algo de dinero en sus manos. Si les robaban, podrían obtener algún beneficio de inmediato.

―Si entregas obedientemente toda la plata y los bienes, te dejaremos vivir. Si no... ¡Ya hay muchas personas que se ahogaron en este río! ―El jefe de los bandidos de agua ya estaba esperando que Jiang Zhen y Wang Haisheng entregaran todas sus pertenencias. Los pequeños empresarios como ellos tenían miedo básicamente de resistirse a ellos. Sin embargo, Jiang Zhen fue una excepción.

Jiang Zhen siempre supo que los tiempos antiguos eran más peligrosos que los modernos, pero no se acobardó, atreviéndose a hacer negocios sólo en la ciudad, porque sabía una cosa, es decir, que en el sur del río Yangtze, a excepción de los que se especializaban en la venta de sal privada, no había de hecho ningún otro grupo grande de ladrones. Aquí había muchas familias poderosas y grandes terratenientes, y no permitían que aparecieran grandes grupos de ladrones y bandidos en su territorio. Y esos pequeños bandidos... Jiang Zhen no tenía miedo de los tipos que ni siquiera podían conseguir un cuchillo de acero.