Lirios - Alegras mis días

C076 - Zhao Jinge es provocativo

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Zheng Yi a bordo hablaba de Jiang Zhen y Zhao Jinge, pero Jiang Zhen ya tomó a Zhao Jinge de la mano y caminó hacia la cabina donde vivía el médico. Caminaba muy rápido, lo que hizo que Zhao Jinge se tambaleara un poco inestable detrás de él. Esto hizo que Zhao Jinge se sintiera incómodo.

Siempre le preocupaba que Jiang Zhen fuera infeliz, y ahora... Jiang Zhen parece realmente infeliz. ¿Qué debe hacer? ¿Por qué Jiang Zhen estaba tan triste?

Mientras Zhao Jinge seguía a Jiang Zhen, se preocupó cada vez más. Sólo entonces se dio cuenta de repente de que había hecho algo estúpido. Solo pensó que sería malo para un ger ser golpeado por un grupo de hombres, pero de hecho... golpear a un grupo de hombres como un ger tampoco sería agradable de escuchar. Además, no importa qué, ser golpeado o golpear a alguien...

¡No debería haber ningún contacto físico en absoluto! Era un ger casado y ni siquiera debería hablar con otros hombres, y mucho menos pelear con un grupo de hombres que no están vestidos adecuadamente... ¿Le importaría a Jiang Zhen? ¿Le desagradaría ahora?

En su aldea, algunos hombres se enojan cuando ven a su esposa hablar con otras personas. Aunque Jiang Zhen no era así, ciertamente no le gustaba que tuviera contacto físico con los demás.

Esas personas todavía se reían de él por no verse como un ger, y al reírse de él, ¿no significaba reírse de Jiang Zhen?

Cuanto más pensaba en ello Zhao Jinge, más lo lamentaba. Bajó la cabeza y no se atrevió a decir una palabra. En este momento, Jiang Zhen ya lo llevó al médico.

Zhao Jinge tenía algunos moretones en su cuerpo, pero no dolían. Por fin, el médico le dio una botella de aceite de cártamo y le pidió a Jiang Zhen que lo aplicara.

―¿Está realmente bien? ―preguntó Jiang Zhen

―No hay nada malo. ―El médico miró a Jiang Zhen. ―Pero después de todo, todavía es un ger. Sería mejor que luchara menos en el futuro.

Jiang Zhen pensó que fue por su descuido que dejó que Zhao Jinge fuera golpeado. Este tipo no sabía disimular ni pedir ayuda, lo que hizo que su cara se viera aún peor. Tomó la medicina, dio las gracias al médico y llevó a Zhao Jinge a la cubierta.

Por el momento no tenían lugar para quedarse y no había lugar para aplicar la medicina... Jiang Zhen miró la medicina que tenía en la mano y escuchó a Zhao Jinge susurrar: ―Comamos primero. Aplicaremos la medicina después de comer. Ya no sentirás dolor.

Cuando Jiang Zhen miró a Zhao Jinge, vio que el otro lo miraba con cautela. Uno de sus ojos seguía siendo de color verde azulado, lo que le hacía parecer un cachorrito inquieto, lo que le hacía desear alcanzarlo y tocarlo.

Jiang Zhen respiró hondo, pero no estaba tan descontento como al principio. ―¿Tienes hambre?

―Mmm-hmm. ―Zhao Jinge vio la cara de Jiang Zhen e inclinó la cabeza. Él no tenía realmente hambre, pero Jiang Zhen debería tenerla.

Jiang Zhen sólo pensó que tenía hambre y lo llevó a la cocina.

Hoy era el primer día de su viaje, y el barco traía verduras y carne fresca, así que la comida era bastante buena. La comida tenía que ser recogida por uno mismo. Cada uno cogía dos cuencos y recibía un cuenco de arroz y otro de verduras. Hoy, el plato era cerdo guisado con judías verdes.

Cuando Jiang Zhen y Zhao Jinge fueron a recoger la comida, el dispensador de alimentos lo miró con enfado y le dio una cuchara llena sólo de judías verdes.

Jiang Zhen ya estaba de mal humor. Lo miró fríamente y, sin ninguna cortesía, cogió la cuchara y cogió para él y para Zhao Jinge una cucharada de judías verdes con carne.