32. THROUGH THE RAINS

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𝘼 𝘿 𝙑 𝙀 𝙍 𝙏 𝙀 𝙉 𝘾 𝙄 𝘼:

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𝘼 𝘿 𝙑 𝙀 𝙍 𝙏 𝙀 𝙉 𝘾 𝙄 𝘼:

Este capítulo contiene  violencia y situaciones que pueden ser sensibles y/o explícitas para algunas personas.

Y solo diré que este es el capítulo que se me ha hecho más difícil escribir de todo el fanfic y, pues, saquen los pañuelos.

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El banquete de bodas había empezado con una sopa de puerros aguada, seguida por una ensalada de judías verdes, cebollas y remolachas, lucio escalfado en leche de almendras, cuencos de puré de nabos que estaban fríos antes de llegar a la mesa, sesos de ternera en gelatina y tajadas de buey correoso. No eran platos dignos del banquete al que asistía un noble miembro de una de las siete casas más importantes de Westeros y mucho menos un rey, pero Robb comió de todo sin hacer un mal gesto.

«Si a lord Walder le apetece servirme grajo guisado con gusanos, me lo comeré y repetiré» le había prometido a su madre.

Realmente esperaba no darle ningún motivo de queja al anciano. Ya había bailado con todas las muchachas: con la novia y con la octava lady Frey; con la viuda Ami y con la esposa de Roose Bolton, Walda la Gorda; con las gemelas llenas de granos llamadas Serra y Sarra, y hasta con Shirei, la más joven de la progenie de lord Walder, que tendría unos seis años, sólo esperó a que el señor de El Cruce no encontrara motivos de protesta en todas las otras hijas y nietas que no habían tenido turno con él.

—Sus hermanas bailan muy bien —le dijo a ser Ryman Frey cuando tomaron asiento en un intento de entablar conversación amable.

—Todas son tías y primas. —Respondió tajante.

Robb asintió cortés, con una sonrisa que ocultaba cuanto le molestaba su insolencia. Ser Ryman bebió un trago de vino; el sudor le corría por la mejilla hasta la barba. El finado lord Frey era tacaño a la hora de dar de comer a sus invitados, pero no escatimaba en la bebida. La cerveza, el vino y el hidromiel corrían tan deprisa como el río de fuera. El Gran Jon estaba ya borracho como una cuba. Merrett, el hijo de lord Walder, le seguía el ritmo de las copas, pero ser Whalen Frey, que había intentado mantenerse a la altura de los dos, había perdido el conocimiento. Al menos, sus hombres parecían estarla pasando tan bien como se podía.

El Pequeño Jon y Robin Flint estaban sentados frente a él, justo delante de Walda la Bella y Alyx, respectivamente. Ninguno de los dos había probado una copa. Eran, junto con Patrek Mallister y Dacey Mormont, sus guardianes para aquella noche. Un banquete nupcial no era una batalla, pero cuando los hombres bebían demasiado siempre había peligro, y un rey no debía carecer nunca de protectores.

La atestada sala era un constante bullicio de invitados y sirvientes que iban y venían. Sabía que en el otro castillo se estaba celebrando otro banquete, para los caballeros y señores de rango inferior. Lord Walder había exiliado a sus hijos ilegítimos, con sus descendientes, a la otra orilla del río, de modo que sus norteños acabaron llamándolo el banquete de los bastardos. Robb se preguntó si Sara habría tenido que asistir también, aunque probablemente Lord Walder la habría dejado quedarse para que bailara con sus hijos y eligiera a su pretendiente; pues la mano de Sara seguía siendo una de las condiciones para que la alianza siguiera en pie.

𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 || 𝐆𝐎𝐓Where stories live. Discover now