16. A CLASH OF KINGS

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Habían sido los primeros en llegar al encuentro. El lugar de reunión era una extensión de hierba salpicada de setas color gris claro, y de cuando en cuando podían los tocones frescos de los árboles talados para construir torres de asalto y catapultas. Al otro lado de los campos encharcados por la lluvia y de los riscos alcanzaba a ver el gran castillo de Bastión de Tormentas, que se alzaba hacia el cielo de espaldas al mar; que desde donde estaban se veía como una línea en el horizonte, pero se podía sentir el olor de la sal impregnado en la delicada brisa.

—Somos los primeros, mi señora — Le dijo Hallis Mollen a Lady Catelyn cuando detuvieron los caballos entre los tocones, a solas entre los dos ejércitos Baratheon.

En la lanza que llevaba el chico ondeaba el estandarte de la Casa Stark. La dama se irguió en su montura e inspiró el fresco aire del bosque.

—Entonces esperaremos... — dijo con la paciencia de una madre que instruye a su pequeño hijo y Sara sonrió. Fuera de desesperarle la tendencia de Hal a señalar lo obvio le causaba gracia. — En eso soy experta — mencionó la última frase en un susurro casi inaudible.

Renly iba a ser el último en llegar. Se lo había dicho a Lady Catelyn en persona cuando se pusieron en marcha. No tenía intención de montar a caballo hasta que no viera a su hermano en camino. El primero en llegar tendría que esperar al otro, y Renly no tenía intención de esperar a nadie. Después de un rato, bajo la masa de piedra color gris claro que era Bastión de Tormentas, el ejército circundante de Lord Stannis Baratheon parecía tan pequeño e insignificante como ratones con estandartes.

—Mi señora — llamó Hal a Lady Catelyn. Dos jinetes acababan de salir del pequeño campamento situado bajo el castillo, y se acercaban a ellos a paso lento—. Debe de ser el rey Stannis.

—Sin duda. —respondió la dama con tranquilidad.

Sara reprimió la risa mientras se ajustaba la capa, luego puso el rostro serio y observó como Stannis Baratheon se acercaba hacia ellos. Mientras más cerca se encontraba se hacía visible un estandarte amarillo y rojo que Sara no pudo reconocer. Cuando estuvo más cerca, vio que Stannis llevaba una corona de oro rojo con las puntas en forma de flamas. Su cinturón estaba adornado con granates y un topacio amarillo, y en el pomo de su espada se veía un gran rubí cuadrangular. El resto de su atuendo era sencillo: chaleco de cuero claveteado sobre un jubón guateado, botas usadas y calzones de hilo basto. El estandarte amarillo como el sol mostraba la imagen de un corazón rojo rodeado de llamas de fuego anaranjado. También se veía el venado coronado, diminuto dentro del corazón. Y más curioso aún era quién llevaba el estandarte: una mujer ataviada de rojo, con el rostro casi oculto por la capucha de su capa escarlata. Sara supuso que era una sacerdotisa roja, había leído alguna vez sobre aquella secta que tenía gran poder en las ciudades libres.

𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 || 𝐆𝐎𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora