17. THE MOTHER'S MERCY

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Cuando hubieron regresado del fallido intento de aliarse con los hermanos Baratheon, la palabra de que habría un enfrentamiento al amanecer comenzó a resonar por todo el campamento. Ante tales hechos, los hombres que su hermano había enviado con ellas como guardia de honor se comenzaron a mostrarse inquietos. Y con razón; su posición en las tierras de la tormenta era dudosa, si bien Renly se mostró amable también estaba la posibilidad de que los tomara como rehenes.

Cuando Lady Catelyn regresó del pabellón real, Lucas Blackwood se acercó a ella con preocupación, preguntando si lo que decía acerca de la batalla era verdad.

—¿Qué haremos, mi señora? ¿Luchar o huir? —le preguntó.

—Rezar, Lucas —fue su respuesta—. Vamos a rezar.

Y eso hicieron.

Cabalgaron hasta un pueblo por el que horas antes habían pasado. Cuando llegaron, el sol ya bajaba por el oeste dejando una impresión anaranjada en el cielo. Al adentrarse, se percataron de que el pueblo estaba solo, pues sus antiguos habitantes no dejaron mucho, incluso se llevaron hasta las mismísimas velas del sept. Sara encendió una antorcha para acompañar a Lady Stark. En el interior, las siete paredes estaban inclinadas y llenas de grietas, en vez de estatuillas o máscaras, como las del septo de Winterfell, había dibujos al carbón que representaban los siete rostros de dios.

«Dios es uno —resonó la voz de la septa Mordane en su cabeza—, aunque tiene siete aspectos.»

Sara no era del todo ajena a aquella religión, pues había sido criada por un una septa al igual que sus hermanos. Aun podía recordar los esfuerzos de la pobre mujer para hacerlos poner atención a su lectura de la estrella de las siete puntas; lo había intentado todo, recompensarlos con caramelos, decirle a los cocineros que les sirvieran postre extra e incluso había tratado de atraer su atención usando títeres y canciones, pero todo terminaba siempre igual; Arya haciendo muecas para imitar a la septa, que siempre le daban risa a Jon, Robb comentándole en voz baja que por sus venas corría la sangre de los primeros hombres y no tenía por qué adorar a otros dioses que no fueran los de su padre y Rickon siempre se quedaba dormido. Los únicos que parecían poner atención eran Sansa, su amiga Jeyne Poole y Bran; aunque a Bran solo le importaba cómo ungían a los caballeros con los siete aceites. Después de un tiempo la septa se rindió y se limitó solo a educar a las chicas en las artes femeninas.

Colgó la antorcha de una argolla cercana a la puerta y aguardó afuera con Ser Wendel Manderly y Robar Royce, quienes no dejaban de hablar de la batalla que se avecinaba. Cuando la cansó aquella conversación, Sara entró nuevamente al pequeño sept y avanzó hasta donde se encontraba su señora. Lady Stark volteó a verla, y se encontró cierta frialdad en su mirada que Sara atribuyó al intento fallido de unir a los hermanos Baratheon en contra de los Lannister.

𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 || 𝐆𝐎𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora