8. THE LORD OF WINTERFELL

1.9K 202 0
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


 


Foso Cailin había sido edificado por Brandon el Constructor aproximadamente unos 10 mil años atrás, y según el tomo de Las Grandes Edificaciones de Poniente había sido una gran fortaleza, con veinte torres y una gran muralla de basalto negro tan alta como la de Invernalia, pero de aquello no quedaba nada. Según lo que había leído Sara cuando era pequeña, Foso Cailin solía ser la clave de la defensa del Norte contra la que los ejércitos Ándalos se lanzaban una y otra vez sin éxito, pero actualmente solo quedaban los inmensos bloques de piedra, todos tan grandes como una casa y dispersos como los juguetes de un niño; medio hundidos en el suelo blando y pantanoso. Las edificaciones de madera habían desaparecido desde hacía mil años, sin dejar ni un rastro que hablara de su existencia. De lo que había sido la fortaleza de los primeros hombres sólo quedaban tres torres de color verde musgo.

La Torre del Borracho, en el pantano, en el punto donde en el pasado se unieran los muros sur y oeste, estaba inclinada como un hombre a punto de vomitar el vino bebido en exceso. La Torre de los Niños, alta y esbelta, donde según la leyenda los niños del bosque pidieron a sus dioses sin nombre que enviaran el martillo de las aguas, tenía la parte superior destruida. Era como si una bestia enorme hubiera arrancado de un mordisco las almenas, para luego escupirlas trituradas por el pantano. Y la Torre de la Entrada, que era la más grande, amplia y también la más sólida, incluso quedaban restos de muralla a ambos lados: por lo que Robb había decidido instalar sus cuarteles allí.

Era la primera vez que estaban en Foso Cailin, pero su padre les había contado la importancia estratégica de aquellas ruinas, pues desde las tres torres que quedaban en pie se podía dominar toda la zona y ningún enemigo sureño podía aproximarse sin ser visto. Y al instalarse en la torre comprobó que padre no mentía, aquellos pantanos eran impenetrables, había arenas movedizas y abundaban las serpientes. Si un ejército intentaba tomar por asalto cualquiera de las torres, tendría que vadear un lodo negro que les llegaría hasta a la cintura, cruzar un foso lleno de lagartos león y trepar por muros resbaladizos de musgo; todo eso mientras los arqueros disparan desde las otras torres. A decir verdad, ni ella se aventuraba a explorar mucho el lugar, menos aún sola, pues ahí cualquier paso en falso podía ser mortal.

Foso Cailin era el lugar perfecto para defender el norte, no quedaba duda alguna, pero a pesar de aquello había un gran problema; en esa tierra no crecían más que flores venenosas, por lo que cualquier ejército estaba a expensas de sus propias provisiones y eso se convertiría en un problema, o al menos eso había planteado Sara en la última reunión del consejo de Guerra, a los cuales ahora se le permitía asistir. Generalmente su participación era escasa, a pesar de tener varias estrategias en mente, prefería compartirlas a su hermano personalmente, incluyendo lo que leía en El Libro de la Guerra del maestre Vaenderbreck. Sara había aprendido a escuchar y prefería mantener un perfil bajo frente a los señores del norte e ir tanteando terreno para ganarse su confianza, aunque con algunos no había tenido que hacer mucho esfuerzo como con Lord Hornwood, el hombre de por sí ya era amable, pero con ella y Robb lo era aún más, seguía insistiendo en que una mujer tan bonita como Sara era perfecta para su hijo. Con Lady Mormont fue aún más fácil, pues ella y su hija entendían perfectamente lo duro que era ser una mujer en un mundo de hombres.

𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 || 𝐆𝐎𝐓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora