12. THE CROWNED WOLF

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Pocas horas después de su llegada a Riverrun, el consejo de guerra se reunió en la Sala Principal ante cuatro mesas largas, montadas sobre caballetes y dispuestas en forma de cuadrado. Lord Hoster Tully estaba demasiado débil para asistir, pero Ser Edmure ocupaba el asiento de honor de los Tully, con Brynden el Pez Negro a su lado, y sus vasallos dispuestos de derecha a izquierda a lo largo de las mesas laterales. Las noticias sobre la victoria en Aguasdulces habían llegado a oídos de los señores del Tridente que habían escapado, y eso los indujo a regresar.

Los señores del norte se sentaron enfrente, Lady Catelyn y Robb frente a Ser Edmure. El Gran Jon ocupaba un lugar a la izquierda de Robb, y a su lado se sentaba Theon Greyjoy y después Sara; Galbart Glover y Lady Mormont estaban a la derecha de Lady Catelyn. Lord Rickard Karstark, demacrado, con los ojos inexpresivos de tanto dolor, parecía vivir en una pesadilla, con la larga barba desaliñada y sin lavar. Dos de sus hijos habían muerto en el Bosque Susurrante, y no había noticias del tercero, el primogénito, que había ido a la cabeza de los lanceros Karstark contra Tywin Lannister, en el Forca Verde.

Las discusiones se prolongaron hasta bien entrada la noche. Cada uno de los señores tenía derecho a hablar. Y todos hablaron. Y gritaron. Y maldijeron. Razonaron, y adularon, y bromearon. Y negociaron, y golpearon la mesa con las jarras de cerveza. Y amenazaron, y salieron de la sala, y regresaron malhumorados o sonrientes. Roose Bolton había reagrupado los maltrechos restos de su otro ejército al pie del camino alto. Ser Helman Tallhart y Walder Frey seguían defendiendo los Gemelos. El ejército de Lord Tywin había cruzado el Tridente, y se dirigía hacia Harrenhal. Y en el reino había dos reyes. Dos reyes, y nadie se ponía de acuerdo.

Muchos de los señores vasallos querían marchar de inmediato contra Harrenhal, para enfrentarse a Lord Tywin y derrotar a los Lannister de una vez por todas. Un joven señor de Riverlands, que Sara no conocía insistía en atacar Casterly Rock, pero otros recomendaban paciencia. Riverrun era un punto clave, cortaba las líneas de suministros de los Lannister, tal como les recordó Jason Mallister; por tanto, el tiempo jugaba en su favor, ya que Lord Tywin no tendría provisiones ni tropas, mientras que ellos podían fortificar y dar descanso a los guerreros. Lord Blackwood no quería ni oír hablar de aquello. Iban a terminar lo que habían empezado en el Bosque Susurrante. Marcharían contra Harrenhal y, de paso, acabarían con el ejército de Roose Bolton, y Lord Bracken se oponía a todo lo que propusiera Blackwood; incluso en una ocasión se levantó para insistir en que debían jurar lealtad al rey Renly y avanzar hacia el sur para unirse a sus huestes.

—Renly no es el rey —dijo Robb. Era la primera vez que hablaba. Había estado escuchando todo lo que decían, al igual que ella.
—No pretenderá ser leal a Joffrey, mi señor —dijo Galbart Glover—. Es el responsable de la muerte de su padre.
—Eso lo convierte en un ser malvado —replicó Robb—. Pero no hace de Renly un rey. Joffrey sigue siendo el primogénito de Robert, de manera que, según las leyes del reino, el trono le corresponde por derecho. Si muriera, y de eso pienso encargarme yo, tiene un hermano menor. Tommen, que es el siguiente en la línea de sucesión.
—Tommen no es más que un Lannister — dijo en voz alta el Lord que había insistido en atacar Casterly Rock.
—Así es —asintió Robb —. Pero, aunque ninguno de los dos tenga derecho al trono, ¿lo tiene Lord Renly? Es el hermano pequeño de Robert. Bran no puede ser señor de Invernalia antes que yo, y Renly no puede ser rey antes que Lord Stannis. La demanda de Lord Stannis es la más justa.
—Renly ha sido coronado —insistió de nuevo el joven señor—. Tiene el apoyo de Altojardín y de Bastión de Tormentas, y pronto tendrá el de Dorne. Si Invernalia y Aguasdulces unen sus fuerzas, lo respaldarán cinco de las siete grandes casas. ¡Seis, si los Arryn se deciden! ¡Seis contra la Roca! Mis señores, antes de que termine el año tendremos todas sus cabezas clavadas en estacas... la reina y el niño rey, Lord Tywin, el Gnomo, el Matarreyes, Ser Kevan, ¡todos! Eso es lo que ganaremos si nos unimos al rey Renly. En cambio, ¿qué motivos habría para unirnos a Lord Stannis? ¿Qué tiene él?
—El derecho —insistió Robb, testarudo.
—¿Sugieres que juremos lealtad a Stannis? —preguntó el hermano de Lady Catelyn.
—No lo sé —dijo Robb—. He rezado a los dioses para que me dijeran qué hacer, pero no me han respondido. Los Lannister mataron a mi padre acusándolo de traición, y sabemos que era mentira. Pero si Joffrey es el rey por derecho, y luchamos contra él, nosotros sí seremos traidores.
—Mi señor padre optaría por la cautela —dijo el viejo Ser Stevron Frey—. Esperemos, dejemos que esos dos reyes jueguen a su juego de tronos. Cuando terminen, nos arrodillarnos ante el vencedor o nos enfrentamos a él. Renly se está armando, así que sin duda Lord Tywin querrá una tregua... y querrá también recuperar a su hijo. Nobles señores, permítanme ir a Harrenhal y acordar buenas condiciones y rescates... —El griterío le impidió terminar. De todas las opciones que se habían propuesto a Sara le parecía la peor. Ella jamás perdonaría a los Lannister por la muerte de su padre.
—¡Cobarde! —rugió el Gran Jon.
—Si pedimos una tregua pareceremos débiles —declaró Lady Mormont.
—¡A los siete infiernos con los rescates, no podemos devolverles al Matarreyes! —gritó Rickard Karstark.
—¿Y firmar la paz? —preguntó Lady Catelyn. 

𝐖𝐎𝐋𝐕𝐄𝐍 𝐒𝐓𝐎𝐑𝐌 || 𝐆𝐎𝐓Onde histórias criam vida. Descubra agora