Cap. 30: Tulipanes rosados

272 33 32
                                    

He de admitir que estoy un poco sorprendida cuando, por la tarde, recibo una llamada por parte de Isaac. Espero a que mi teléfono suene tres veces antes de contestar.

—¿Diga?

—Roxana.

Sonrío inconscientemente.

—Isaac, hola.

—Hola. —Hay una breve pausa en la línea—. ¿Tienes planes para hoy?

Me dejo caer en mi cama mientras adquiero un tono intrigante.

—En realidad, sí. Estoy pensando con cuál de mis tres maridos saldré esta noche.

El chico tarda en procesar que, por obvias razones, estoy bromeando, lo cual provoca que tenga que contener una carcajada.

—¿Tres maridos?

Emito un sonido afirmativo.

—¿Y quiénes son estos sujetos?

—Uy, lo siento, pero esa es información confidencial.

Isaac suelta un bufido.

—¿Qué? ¿Ahora vas a decirme que tendrás que matarme si me lo cuentas?

—No quería soltarlo tan abruptamente, pero...

Otro bufido. Una risotada más de mi parte.

—Vale, ¿y cuáles son tus maravillosos planes para esta noche? —No paso por alto el extraño tono sarcástico que utiliza.

—Bueno, uno de ellos me ha invitado al cine, otro me ha ofrecido una cena romántica y el último quiere llevarme a ver un stand-up.

—¿Un stand-up? ¿En San Valentín? Vaya, pero sí que te gustan los tipos raros.

—¡Ey! Quizá no sea el plan más romántico del mundo, pero no está mal querer reírte un rato con tu pareja.

—Claro.

—Deja de ser sarcástico —reprocho.

—No estoy siendo sarcástico.

—Claro.

—Tú estás siendo sarcástica.

—¡Simplemente repetí lo que tú habías dicho!

—Claro.

Ruedo los ojos, a sabiendas de que no puede verme.

—¿Y tú? ¿Harás algo en las siguientes horas?

—No todos tenemos tres esposos para elegir con cuál pasar el rato, Roxana.

—Oh, genial. Ahora estás siendo divertido.

—¿Qué? ¿Prefieres que vuelva a ser aburrido?

—Ni lo pienses.

Isaac suelta una débil risa.

—Te propongo algo —expone—. Hagamos realidad tu segunda opción de la noche.

Mis cejas se elevan disparatadamente.

—¿Estás invitándome a salir? —inquiero en tono juguetón.

—Te estoy invitando a cenar.

—¿En San Valentín?

—También conocido como el día del amor y la amistad. —Hace énfasis en la última palabra.

—Ya veo... —alargo con el mismo tono que utilicé segundos atrás—. De acuerdo.

—Paso por ti en... ¿Un par de horas?

Premonición de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora