Cap. 36: Bombardeo de recuerdos

539 50 20
                                    

N/A: Este capítulo será narrado por ambos protagonistas. Los sucesos que se muestran ocurren simultáneamente.

. . . . . . . . . . . . . . . .

Maratón 1/2

. . . . . . . . . . . . . . . .

Roxana Moya

Ha pasado una semana desde que empecé a recibir las respuestas a mis aplicaciones en las tres universidades de mi país. Sin embargo, el tiempo de espera para que procesen mi solicitud en la Universidad de York es de seis a ocho semanas, y solamente han pasado siete.

Orgullosamente puedo decir que he sido aceptada en dos de las tres universidades mexicanas a las cuales apliqué, pero tengo que aceptar que la respuesta de la extranjera es la que realmente me tiene nerviosa.

Estoy leyendo un blog desde mi computadora cuando una notificación hace que me sobresalte. De inmediato mis ojos viajan hasta esa pequeña pestaña, percatándome de que es un nuevo correo electrónico. Ingreso a mi bandeja de entrada rápidamente.

«York University» es el remitente.

Una de mis manos va a parar directo a mi boca, ahogando un chillido que amenazaba con salir de ella.

Estimada Aspirante:

Me complace anunciarle que usted ha sido admitida en la Universidad de York. ¡Felicitaciones por su logro! Para nosotros es muy grato informarle que su solicitud de admisión a la carrera GESTIÓN DE RECURSOS HUMANOS en el primer semestre de otoño del 2021 ha sido aceptada debido a su destacado desempeño.

Al aceptar nuestra oferta, se unirá a una comunidad...

Finalmente no puedo evitar gritar. Chillo con exaltación repitiendo una y otra vez las palabras importantes en mi cabeza: «Usted ha sido admitida».

—¡Oh, por Dios!

Con manos temblorosas y siendo presa de la emoción, tomo mi celular y marco el número de la primera persona que ocupa mis pensamientos en estos momentos.

¿Diga?

—¡Papá! —exclamo.

¿Roxy? —cuestiona extrañado.

Meneo la cabeza frenéticamente a pesar de que no puede verme.

—¡Hija! ¿Cómo estás?

—¡Lo hice, papá! ¡Lo logré! —enuncio ignorando su cuestionamiento anterior.

—¿De qué hablas, cariño?

—Yo... —Mi voz se corta y me obligo a respirar profundamente para tranquilizarme—. Tengo buenas noticias.

Te escucho.

—A principios de marzo empecé a revisar cosas de la universidad...

—¡¿Apenas viste eso?! —chilla horrorizado.

—¿Puedo terminar?

Suspira al otro lado de la línea, guardando silencio nuevamente.

—Gracias —comento—. Como te decía, dediqué una tarde a informarme y por la noche estuve enviando solicitudes a algunas universidades. Terminé aplicando a tres de allá y...

¡¿Ya enviaste solicitudes?! —vocifera por segunda vez.

—¡Papá! —me quejo—. Dios, déjame terminar.

Vale, vale. Lo siento.

—Envié todo lo necesario a cuatro universidades.

—¿Cuatro? —repite extrañado—, pero si acabas de mencionar que fueron tres.

Premonición de amorWhere stories live. Discover now