Cap. 9: Caja de sorpresas

1.2K 155 130
                                    

Estimado/a huésped:

Lo/a invitamos a formar parte de la celebración por el XX aniversario de nuestro resort. El banquete se llevará a cabo esta noche en punto de las 19:00 horas en el lobby. Código de vestimenta: etiqueta. Favor de llamar a recepción para confirmar su asistencia.

Cordialmente,
William Brown, Gerente del hotel.

Deposito el papel en la mesa donde se encontraba una vez que termino de leerlo y suelto un suspiro. Inmediatamente tomo mi celular y le marco a Thiago, quien contesta casi al instante.

Ey, chaparra, estaba a punto de llamarte. ¿Ya leíste la invitación?

—Sí, justo acabo de terminar de hacerlo. ¿Asistirás?

—¿Tú lo harás?

Suelto una pequeña risa.

—No quisiera ir sola.

Eso podemos arreglarlo —asegura con un tono alegre—, solo que tendría que comprar un esmoquin.

Tardó unos segundos en reaccionar por imaginarlo fundido en un traje de esos.

—Yo también tendría que comprar mi atuendo.

—Podemos ir juntos, si quieres —propone—. Cada quien compra lo suyo y regresamos a buena hora para la celebración, ¿qué opinas?

—Cuenta conmigo.

—De acuerdo. ¿Te veo abajo en diez minutos?

—Está bien.

Sin más le doy fin a la llamada y cojo el teléfono fijo de la habitación para marcar a recepción y confirmar mi asistencia al evento de la noche. Después de eso, ato mi cabello en una cola de caballo, guardo mi cartera y celular dentro de un bolso y me dispongo a salir de la habitación.

Como era de esperarse, Thiago ya estaba en la recepción esperándome. Caminamos hasta el auto que rentó y después de subirnos, lo pone en marcha.

—¿Tienes una idea de cómo quieres tu vestido? —me pregunta rompiendo el silencio.

—No realmente —admito—, pero la invitación decía que tiene que ser de etiqueta, así que supongo que será uno largo.

—¿Te parece si compramos primero lo mío que es más sencillo y después te ayudo a buscar tu vestido?

Tengo que contener una pequeña risa que amenaza con escapar al escuchar la emoción en su voz por la idea de ir de compras.

—De acuerdo.

Al cabo de unos minutos, llegamos a un centro comercial. Thiago aparca el auto y baja de él para abrir mi puerta y ayudarme a hacer lo mismo.

Nos adentramos en aquel sitio, el cual es bastante grande y está compuesto por un sin fin de tiendas. Él toma mi mano sin decir nada más, causando una pequeña corriente eléctrica en mi interior, y me lleva a un local que tiene unas letras enormes en la parte superior que dicen «Hockerty».

Pensándolo ahora, es la primera vez que acompaño a cualquier hombre a comprar un traje, y tengo que admitir que me emociona un poco la idea.

—Buenas tardes, bienvenidos a Hockerty —nos recibe una señora sonriendo amablemente—. ¿En qué puedo ayudarles?

—Hola —la saluda el chico junto a mí—. Necesito un esmoquin.

—¿Algún color en específico?

—Negro, por favor.

—De acuerdo. Por favor, pase al fondo de los probadores, ahí un compañero se encargará de tomarle sus medidas —le explica la mujer amablemente, antes de dirigirse hacia mí—. Tenemos unos sillones en esa sección, puede esperarlo ahí.

Premonición de amorWhere stories live. Discover now