Capítulo 8

4.9K 248 42
                                    

Llevamos ya en el hospital 8 días, ya no puedo más. La misma rutina se repite una y otra vez y ya estoy harta, intento mantener la calma, intento aguantarme, pero estoy a punto de estallar. Y para colmo, Kevin cada vez está de más mal humor. No se si será por la pierna, porque la frustración de no poder andar le consume, realmente no lo se. Pero no puedo más. Entonces, entra Kevin y se me acerca algo alterado.

-¡Jessica, ya podrías hacer algo joder, te pasas todos los días ahí sentada y no me ayudas en nada! ¿No ves que yo solo no puedo? ¡Lo único que haces es quedarte ahí, immóbil, sin ayudar en nada. Y esque ya nisiquiera me hablas! ¿Qué coño te pasa? -me grita furioso-.

-¿Y tú qué? ¡Te pasas todo el día quejándote y quejándote y no haces nada! ¡¿Encima que llevo aquí encerrada casi 10 días para no dejarte solo, me reprochas que no hago nada?! -le contesto yo, también furiosa- ¡Ya vale joder, estoy harta de todo esto Kevin, harta! ¿Tú sabes lo duro que és para mí tener que aguantar tus repentinos cambios de actitud? ¡No te entiendo! -las lágrimas brotan de mis ojos-.

-¡Si tú fueras en una silla de ruedas, si no pudieras andar, si no pudieras ni siquiera vestirte tú sola, entonces me entenderías! -me reprocha-.

-¡¿Y yo qué culpa tengo de tu accidente?! ¡¿Te piensas que en algún momento yo he querido eso?! ¡Todo lo contrario Kevin. Siempre he deseado lo mejor para tí, porque te amaba! -le reprocho. Y entonces su cara cambia-.

-¿Me amabas? ¿Con eso me quieres decir que ya no me amas? -dice en un tono cálido-.

-¡¿Que no te amo?! ¡Ya no sabes ni lo que dices! ¡Estoy harta de tus estupideces de niño pequeño. Eres un inmaduro! ¡Se acabó! ¡No pienso estar ni un solo minutos más en este dichoso hospital, y menos perdiendo el tiempo! -pierdo el control de mí misma, no se que hacer-.

-¿Cómo que se acabó? ¿Jessica, me estás dejando? ¡¿Para tí estar conmigo és perder el tiempo?! -le noto triste, pero a la vez enfadado- Jessica, no te imaginas lo duro que és esto para mí, me siento inútil, no valgo para nada, solo me quedas tú -se me acerca poco a poco, y alarga la mano para acariciarme la mejilla y secarme las lágrimas-.

-No Kevin. No me toques, no te acerques. No puedo más, no hago más que aguantar y aguantar todos tus cambios de humor, tus estupideces, y ya estoy harta -me dirigo a la puerta, para irme-.

-Jessica, no. No te vayas, no me dejes, te necessito. ¡Perdóname porfavor! -suplica, dolido-.

Voy a la puerta, y la abro. Me giro para mirarle, y creo que esta será la última vez que lo haga. Las lágrimas fluyen por sus mejillas, nunca le había visto llorar, nunca le había visto tan destrozado. Pero la furia y la decepción me invaden.

-¡Porfavor, Jessica! -pronuncia entrecortadamente-.

Salgo por la puerta. Sus últimas palabras se quedan allí, en aquella sala, junto a él, y junto a mi corazón, que poco a poco se va apagando.

ObsesiónWhere stories live. Discover now