Capítulo 23

2.6K 114 2
                                    

Una fuerte risa interrumpe nuestro intenso beso. Agarro la mano de Jessica, y me giro.
A 5 metros de nosotros se encuentra Kevin, su ex novio. Kevin se acerca a nosotros con unos pasos grandes y lentos, con una mirada imponente.

-JAJAJAJAJA -se ríe Kevin de nuevo-.

-¿Qué quieres, Kevin? ¿Qué haces aquí? -pregunto serio-.

-Pensé que después de lo de la cabaña, la dejarías. Pero no, aquí estáis, cogiditos de la mano -hace una media sonrisa-.

-¿Qu..qué cabaña? ¿De qué me estás hablando? -pregunto nervioso-.

-Ah, ¿aún no te lo ha contado? Que fuerte, Jessica. Ocultar a tu futuro marido algo tan grave... -dice con cara de satisfacción-.

Jessica se agarra fuerte a mi mano, y me giro hacia ella.

-¿De qué me está hablando, Jessica? ¿Tienes algo que decirme? -le pregunto, suave-.

-Eso, eso. ¿Tienes algo que decirle, guapa? -repite Kevin, sonriente-.

Suelto la mano de Jessica, me acerco a Kevin y le agarro de la camisa.

-¡Tú cállate, gilipollas! -le grito, y Kevin me empuja-.

-No tengas el valor de tocarme, o ya sabes cómo acabaremos.

-Haré lo que me de la gana, ¿entiendes? -respondo rotundo-.

-JAJAJAJAJA -se ríe Kevin- qué pena me das, David. Qué noche más maravillosa pasemos, eh Jessica.

Me giro hacia Jessica. Tiene los ojos inundados en lágrimas.

-Yo... él... él me obligó -me dice Jessica con la voz temblorosa-.

-¿Qué estás diciendo, Jessica? ¡¿Qué has echo?! -le grito, furioso-.

Jessica se cubre la cara con las manos, avergonzada.

-Díselo, reina. Dile lo bien que lo pasamos la noche del cumpleaños de mi padre -dice Kevin, muy prepotente-.

-¿Qué? Pe... pero si estuvo en casa de mis padres, con mi hermana. ¡No te inventes cosas, cabrón! -le grito amenazante-.

-No... David... No estuve con tu hermana -me dice Jessica entre lágrimas-.

-¡¿Cómo?! -voy hacia ella, y le agarro fuerte del brazo- ¡¿Me has mentido?!

-¡Yo no quería, David! ¡Yo solo te quiero a tí! ¡Él me forzó, me dijo que si no iva, haría daño a tu hermana! -grita arrepentida-.

-¿Qué te forzó? -pregunto- Explícate bien.

-Kevin me llevó a una cabaña, me obligó a ir, y allí... Allí me ató, me desnudó, y...

-¡Cállate! ¡No quiero oir nada más! ¡No quiero oirte! -le grito-.

Todo se me nubla, ese gilipollas nos ha estropeado la noche y... ¿y encima se ha follado a mi chica? ¡Esto qué coño es!

-¡Me tienes harto con tus jueguecitos de niña inmadura! ¡¿Te enteras?! ¡Harto, joder! -le digo-.

-Oh, que pena... -salta Kevin, con aire victorioso-.

El cuerpo se me inunda de fúria. ¿Cómo tiene el valor de reirse de mí, en mi propia cara?
Voy hacia él, le empujo y lo tiro al suelo. Me pongo sobre él, y le doy un puñetazo. Y otro. Y otro. Jessica llora detrás de mí, desconsoladamente, pero no paro. Sigo pegándole, le sangra la nariz y la boca, y sigo. Dos camareros se me tiran encima para separarme, sinquerer doy un codazo en la cara a uno de ellos, y se cae de espaldas. Sigo aporreando furioso a Kevin, pero tres guardias finalmente consiguen separarme de él.
Kevin no se mueve, está inconsciente en el suelo, con la cara ensangrentada. Tengo los nudillos llenos de sangre, pero no me arrepiento.
Ese ser asqueroso se lo merecía.

ObsesiónWhere stories live. Discover now