Capítulo 10

5.1K 242 57
                                    

Decidí abrir la carta, y decía:
"Jessica, desde que te fuiste no he podido dejar de pensar en tí. Cuando me dejaste allí, tirado, me dí cuenta de que mi única razón para vivir eres tú, y sólo tú.
Porfavor, vuelve a mí, lo volveremos a intentar, te prometo que esta oportunidad no la desperdiciaré.
Ya me han puesto los hierros, y puedo mantenerme en pié y andar, con un poco de dificultad. El médico dice que ya me acostumbraré, y que en 7 meses aproximadamente podré quitarme este aparato. Ya he vuelto a casa.
Bueno, Jessica, sólo quiero que sepas que te amo con todas mis fuerzas, y que te necessito. Porfavor, vuelve conmigo y... Cásate conmigo.
Piénsatelo
Xx
PD: No me olvides"

En este mismo momento estoy alucinando, no me esperaba esto. ¿Verdaderamente Kevin puede haberse enamorado de mí? ¿O sólo és que tiene la necesidad de estar con alguien con quien desahogarse? Si verdaderamente me quiere, ¿porqué me trató así en el hospital?

No lo sé, estoy muy confusa. Y...¿lo de la boda? ¿Qué le ha dado a este chico por casarse, así, de repente?

Pero espera... en la fecha pone que esta carta és de hace una semana, que raro.

Dentro del sobre había un anillo de oro, con dos rubíes rojos y dos diamantes, era precioso. Pero si solo conozco a Kevin de hace un mes, ¿cómo vamos a casarnos?

Decido quedarme el anillo. Lo pensaré detenidamente.

Todo esto és muy repentino, iré a verle a su casa, y así podremos hablar cara a cara, no por una mísera carta.

Me arreglo, y voy a su casa. Pico al timbre, y me abre Saúl.

-Hombre, Jessica, ¿cómo estás? ¡Cuánto tiempo! -dice ilusionado-.

-Buenos días Saúl. Estoy muy bien. ¿Está Kevin? Me gustaría poder hablar con él, por favor -le contesto algo vergonzosa-.

-Pues siento decirte que no está, ha salido al parque hace 1h.

-Ah, bueno, vale. Iré a buscarlo -respondo algo cohibida-.

Cierra la puerta. Y yo, me dirigo al parque. Está a 5 min de aquí, así que iré andando.

Cuando llego al parque, me encuentro a Kevin...¡Besándose con una chica rubia, que tiene cogida de la cintura! ¿¡Pero ésto qué és!? No se si correr a decirle lo capullo que és, o hecharme a llorar aquí mismo. Me decido por la primera opción.

-¡Kevin! -grito, y me planto delante de ellos-.

-Je...Jessica. ¿Qué haces aquí? E...esto no és lo que p...parece.

-¿Cómo que no és lo que parece? ¡Eres un gilipollas Kevin! ¿¡Cómo puedes jugar así con las personas!?

-Kevin, ¿quién és ésta? -responde la chica-.

-Soy su ex novia -digo marcando mucho el ex-. Así que ésto es todo lo que me amabas, ¿no, Kevin? Yo como una tonta me creí todas y cada una de las palabras de esa estúpids carta, pensé que por una vez alguien me quería de verdad, pero ya veo que no, ya veo que todos sóis iguales.

-Jessica, no. Yo te quiero, y siempre te he que...

-¡Ahora no te atrevas a decirme que me quieres, teniendo a una guarra en tus piernas! -le corto, tajante-.

-Jessica, deja que te explique, porfavor. Lucía solo és una amiga.

-¿¡Cómo que soy sólo una amiga!? -salta ella, cabreada- Hace un momento me estabas diciendo que era la mujer de tu vida, y que querías que nos casemos. Y ahora...¿Ahora dices que sólo soy una amiga? ¡No vuelvas a hablarme ni a mirarme. Jamás! -le suelta una bofetada, y se va. Sin duda, se la merecía-.

-Jessica, yo a quien quiero de verdad és a tí, Lucía solo era un calentón, porfavor, creeme. Tú eres con quien quiero pasar el resto de mis días, Jessica -se me acerca, y alarga los brazos para agarrarme de la cintura, pero me aparto-.

-¡No, Kevin. No te atrevas a tocarme! Tú lo único que haces és regalar los oídos a las chicas, y luego eres un auténtico cabrón. Lo que me dices a mí, se lo dices a todas. ¿Sabes qué? Por un momento pensé que eras distinto, pero me equivoqué. No vuelvas a acercarte a mí, nunca más. ¡Te lo digo enserio, nunca! -las lágrimas brotan de mis ojos, me saco el anillo, y se lo tiro a la cara. Salgo corriendo-.

-¡Jessica, porfavor! -las palabras de Kevin van desapareciendo de mí cabeza, y él, poco a poco, también-.

Esto no se lo perdonaré. Vuelvo a casa corriendo, subo a la habitacion, rompo la carta a pedazos, y me tiro boca abajo a la cama, llorando desconsoladamente. Por suerte mi madre está en el supermercado, y no me puede ver. Así que aprovecho para desahogarme todo lo posible. ¡Kevin és un auténtico gilipollas! ¡No quiero volver a saber nada de él jamás! Y yo, como una tonta, perdiendo mi tiempo en él. No se merece ni un segundo de mi vida. Lo odio. ¡Lo odio con todas mis fuerzas!

Y entonces, de repente, suena mi tono de llamada. ¿Quién será?

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora