Capítulo 18

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Mar agacha la cabeza sin decir nada.

-¡Está bien, si no me lo dices lo descubriré por mi misma! -grito enfadada-.

Me doy la vuelta y corro para salir del aeropuerto.

-¡¡Jessica, espera, está en Paris en el Hotel Le Six!!

-¿¡En Paris!? -me giro de golpe-.

Mar se acerca corriendo.

-Sí, en Paris. Allí tenemos una tia y... y supongo que ella le estará ayudando-.

Los ojos se me llenan de lágrimas, no me puedo creer que David se haya ido de verdad, a Paris. ¿Tan lejos quiere estar de mí? Joder, le necesito. No puedo dejarlo ir así sin más, tengo que hacer algo, y no pienso rendirme.

Corro hacia la salida.

-¿Dónde vas? -grita Mar a lo lejos-.

-¡A buscarlo!

Llego al coche y me dirigo a mi casa. No se cómo voy a pagarme el billete de avión, vaciaré todos mis ahorros y le pediré algo a mi madre. Tengo que ir sí o sí. No pienso dejarlo escapar, él es mi vida, es quien me da fuerzas para levantarme cada día. Sin él no soy nada, sin él no puedo vivir.

Entro corriendo por la puerta y subo a mi habitación. Creo que mi madre no me ha oído, está entretenida en la cocina.

Mi ucha de cerdito está en la mesita de noche, la cojo y la tiro contra el suelo. Veo varios billetes y demás, y cuando lo cuento todo tengo 3.800€. Todo esto iba a ser para mis estudios, pero me da igual, David es lo más importante de mi vida. Me hago la maleta, me ducho, me arreglo, lo preparo todo, y bajo a hablar con mi madre.

-¿Adónde vas con esa maleta, cariño? -dice mi madre suave-.

-A Paris -le respondo-.

-¿Co...cómo que a Paris?

-Lo que oyes. David se a ido y... y iré con él.

-¿Estarás de broma, no? No vas a irte a Paris -dice muy seria-.

-Lo digo muy enserio, mamá, tengo 18 años, soy mayor de edad y puedo hacer lo que me plazca.

-¿Perdona? ¿Tú te has oído? Mientras vivas bajo mi techo harás lo que yo diga, no lo que te plazca. ¿Te enteras? -me alza un poco la voz-.

-¡Quieras o no me voy a ir! ¡Te guste o no! -le grito, nerviosa-.

-¡De eso nada! -grita-.

Cojo la maleta y corro hacia la puerta.

-Si sales por esa puerta, no vuelvas. Te lo digo muy enserio Jessica.

Abro la puerta y la cierro de un portazo sin hacerle caso. Són las 8pm. Ya ha oscurecido, pero no pasa nada, a parte de que no me van los faros. Arranco el coche y voy hacia el aeropuerto. ¿Cómo encontraré a David? Mar me ha dicho que está en el Hotel Le Six, así que preguntaré por allí para que me guíen. Por suerte sé un poco de francés, porque mi madre me apuntó a una academia. Estoy tan despistada pensando en David que me he pasado de carretera. Joder, ¿ahora que hago? Supongo que habrá alguna señal para indicar el aeropuerto. Sigo para alante, giro varias veces pero sigo sin encontrar ninguna señal. Sigo recto, giro a la izquierda, y después a la derecha. Aparezco en una inmensa carretera recta, todo está rodeado de árboles y barrancos, me da un poco de miedo esto, pero no pasará nada. Como desearía que me funcionasen los faros. Vaya lío. A lo lejos, delante de mí, veo los faros de un coche que se acerca a toda velocidad. El coche va de un lado de la carretera a otro. ¿Pero qué coño hace? ¿No me ha visto o qué? Se acerca cada vez más, será algun tipo de borracho o algo parecido, pero tengo miedo a que choquemos. Pongo el intermitente y comienzo a pitar para que me vea, pero sigue haciendo zig-zag por medio de la carretera como si no escucuchase ni viese nada. Cuando ya lo tengo a unos metros del morro de mi coche la mente se me nubla, y comienzo a ver pasar toda mi vida en diapositivas. De pequeña, en la piscina con mi padre. Cuando mi madre y yo nos escapábamos al McDonalds. Cuando me mudé. Todas las risas cuando veíamos en la televisón Me Resbala, o cuando nos embobábamos con nuestras novelas favoritas. Vaya tiempos. Era todo tan... tan bonito.

Entonces noto una fuerte punzada en la cabeza, y mi coche comienza a rodar barranco abajo. Lo veo todo negro, no se dónde estoy, ni cómo a ocurrido esto. Noto como algo espeso cae desde mi cabeza hasta el cuello. No se qué será de mí, si será la última vez que podré pensar, o que podré tocar un volante. Solo se que no quiero que mi vida acabe aquí. Cuando intento moverme, pierdo la conciencia.

ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora