Capítulo 17

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Són la 1:32pm, me levanto, me hago un moño, me pongo un camisón y unas mallas y bajo al salón a desayunar.

Cuando bajo por las escaleras veo a David sentado en la mesa con mi madre, con un café en la mano y la mirada fija en mí. Me hago un café, me siento al lado de David, y mi madre después de darme los buenos días, se levanta y nos deja solos.

-¿Ya has acabado aquellos recados tan importantes? -le suelto irónica-.

-Sí -contesta serio-.

-¿Qué hiciste? -le pregunto-.

-Unos recados -replica-.

-¿Qué recados? -vuelvo a preguntar-.

-Unos -responde-.

-¿Porqué no me contestabas al Whatsapp?

-Porque no podía.

-¿Estabas con otra? -insinuo-.

-Sí...

-¿¡Cómo que sí!? -le corto de golpe, me levanto de la mesa y la silla hace un fuerte estruendo contra el suelo. Suelto el café y le doy una bofetada a David.

-Con mi hermana -prosigue, aún serio, con la mano apoyada en la mejilla donde le he golpeado-.

-¿Co...cómo que con tu hermana? -pregunto nerviosa-.

-Lo que oyes. -se levanta, y se dirige a la puerta-.

Corro y me pongo delante de la puerta para que no salga.

-¿Dónde crees que vas? -pregunto furiosa-.

-Lejos de tí. Estoy harto de tus jueguecitos, de tus mentiras, de tu inmadurez. Primero me mientes, y después, ¿tienes el valor de pegarme?. ¿Qué te crees, que soy tonto? Mi hermana está pasando toda la semana en Alemania, se ha ido de intercambio y vuelve hoy a las 3pm, me lo ha contado por teléfono. ¿Dónde coño estuviste? Ni fiestas, ni boleras, ni gilipolleces. ¡Estoy harto, yo siempre te he dado lo mejor de mí, y tú lo único que me das són dolores de cabeza y mentiras joder! ¡Deja ya de jugar conmigo! -me aparta de un empujón y sale por la puerta. Le cojo del brazo pero no puedo con él, y se deshace de mi de un tirón-.

-¡No podía hacer nada, David! -las lágrimas fluyen por mis mejillas-.

-¡No me creo nada, eres una mentirosa! -grita-.

-¡David, porfavor, no te vayas, créeme. Era lo mejor para todos!

Enciende su coche, y se va. Estoy arrodillada ante la puerta, me llevo las manos a la cara, no puedo con esto. Los ojos se me inundan de lágrimas con hacerme a la idea de vivir sin David. De que me deje. Tiene razón, él siempre me ha cuidado, y yo le he mentido. Pero, ¿qué otra opción tenía? No podía permitir que le pasara nada a Mar, tenía que hacerlo. Tengo que buscarlo, tengo que contárselo todo.

Cojo el coche de mi madre y voy a casa de los padres de David, pero me dicen que no está allí. Les pido la dirección de su piso, y me la dan. Me dirigo al centro, y encuentro el piso.

Pregunto la habitación al conserge, pero me dice que no está. Le pido las llaves de su piso, le digo que soy su novia, y me las da.

Entro en su piso, 2A, y lo busco por todos lados. ¿Dónde se ha metido este hombre? Joder. Le llamo al móbil, pero no me lo coge. Entro en su cuarto y veo el portátil encendido. Agito el ratón y me encuentro con la página de kayak.com.

¿Una red de vuelos? ¿Qué hace? ¿Dónde se va? Le vuelvo a llamar al móbil pero sigue sin cogerlo. Són las 2:45pm, me dijo que Mar llegaba de Alemania a las 3pm, alomejor está allí esperándola. Voy al aeropuerto, pregunto en recepción el número de vuelo de retorno de Alemania, y me dicen que és el vuelo número 27.

Me espero en el aeropuerto, són las 3:21pm y aún no ha llegado Mar, y tampoco veo por ningún lado a David. Al fin veo en la pantalla digital V.27. El avión de Mar ya ha llegado al aeropuerto. Me pongo de pie, y entre una inmensa cantidad de gente veo a Mar con dos maletas. Corro hacia ella y la abrazo muy fuerte.

-¡Mar! -grito entre sollozos-.

-Jessica, ¿qué te pasa? ¿qué haces aquí? -pregunta dudosa-.

-Da...David. Se ha ido. Me ha dejado para siempre. Soy una inútil.

Mar me seca las lágrimas, me abraza fuerte y me sujeta la cara con ambas manos para que la mire.

-Él solo necesita un tiempo para pensar, Jessica. Volverá, no te preocupes. Pero no te aseguro nada.

-¿Cómo? ¿Tú lo sabías? ¿Donde se ha ido?

-Él me pidió que no dijera nada, necesita estar solo y aclarar sus ideas. No te preocupes, no le pasará nada. Está bien, solo que un poco dolido. ¿Porqué le mentiste? ¿Qué has echo? -pregunta algo curiosa-.

-¡Déjate de preguntas y dime dónde está, porfavor! ¡Le necesito! -grito entre lágrimas-.

ObsesiónWhere stories live. Discover now