Capítulo 30

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Mientras corro me viene a la mente la imagen de mi madre, allí tirada. El corazón se me encoje y mi cuerpo se estremece solo de pensar que puedo perderla. Tengo que hacer algo antes de que ese monstruo vuelva a tocarla. De inmediato busco en mis bolsillos mi iPhone pero me acuerdo que mi padre lo hizo añicos antes de golpearme por sorpresa con el jarrón.
No hay problema, por suerte aquí en la ciudad hay cabinas telefónicas por todos lados.
Voy a la cabina más cercana y marco el número 112 (la policía).
-Buenas, ¿cuál es su emergéncia? -preguntan-.
-Buenas, mi padre a agredido a mi madre y a un vecino que vino a socorrernos. Tanto mi madre como el chico están inconscientes, no se si mi padre aún sigue allí. Yo me he escapado, estoy 4 manzanas para abajo. Porfavor, vayan rápido, hay vidas en juego. C/ San Vicente N° 13-le explico rápidamente-.
-Está bien. Una patrulla ya va de camino. Intente alejarse del lugar lo máximo posible hasta nuevo aviso. Gracias. -responde secante-.
Me siento en la acera, y me quedo un poco pensativa. ¿Por qué Kevin, después de todo el dolor que me ha causado, ha venido en nuestra ayuda? ¿Por qué vino para mi casa? Es todo muy extraño. Entro en el bar que hace esquina llamado Henry&You y pido un vaso de agua.
-¿Algo más? -me pregunta el señor que está en la barra, fijándose en las heridas de mi rostro-.
-No, gracias -le sonrío-.
-¿Segura? -me pregunta de nuevo con un toque de preocupación-.
Yo me limito a asentir con la cabeza, y salgo a la calle. Pero antes de salir me fijo en el reloj del bar, y veo que ya han pasado 20 minutos. Seguro que la policía ya está allí o ya se han llevado a mi padre.
Voy andando hasta mi casa, solo estoy a unos 10-15 minutos de la zona donde acabé después de huir corriendo. Cuando me voy acercando veo una cinta policial alrededor de mi casa. Pero... ¿por qué la habrán puesto? No creo que haya sido tan grave. Cuando estoy en frente de mi casa veo a la ambuláncia también allí, con las puertas traseras abiertas de par en par, y una camilla en su interior ya ocupada. No se si será mi madre, mi padre o Kevin, de lejos no los reconozco. De dentro de mi casa sacan en una camilla a Kevin, con todos el cuerpo tapado pero media cara al descubierto. Parece como si estubiese muerto. Después de sacar a Kevin, 2 policías vienen directos hacia mí.
-¿Es usted la chica que ha llamado pidiendo ayuda? -me pregunta el más alto con un tono suave-.
-Así es. ¿Está mi madre bien? ¿Han cogido a mi padre? ¿Y Kevin, cómo está? -pregunto nerviosa-.
-Eh, con calma -me replica el bajito- Necesitamos que nos explique que es lo que ha sucedido exactamente.
-Yo estaba con mi madre en casa y mi padre, que están divorciados, entró y nos ató. Intentamos deshacernos de él pero de un puñetazo dejó inconsciente a mi madre. Por suerte, cuando venía a mí, apareció el vecino. No se cómo ni porqué, pero apareció, y lucho contra mi padre. Mi padre le apuñalo un par de veces, pero lo despistó el tiempo justo para yo poder huir -explico con gestos, y no puedo evitar romper a llorar-.
El policía más alto, que ponía Rubén en su placa, me pone la mano en el hombro.
-¿Cómo se llama tu madre, jovencita? -me pregunta-.
-S... Se llama Gloria. ¿Por qué? -le respondo rápido-.
-Verás, tu madre está bastante grave. Tiene la mandíbula desencajada, 3 dientes rotos, la nariz rota y un ojo... Un ojo que no sabemos si podremos salvarlo -me explica mientras me hace caricias con la mano en el hombro-.

ObsesiónWhere stories live. Discover now