Capítulo 01. Hoy es un día ideal

252 74 145
                                    


Ideales

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ideales.

Al norte de Wisconsin, una ciudad rural se asoma en la orilla del país y es separado de todo movimiento de las grandes urbes. Efren podría definirse como «Utopía», en la que el bien y el mal se equilibran de manera casi idílica. Sus tasas de delincuencia son casi nulas y sus triunfos son destacables, esto llevándole a tener el renombre en revistas y periódicos de alto estatus como el New York Times.

Así es, Efren es la ciudad de ensueño encerrada en su propia cúpula, mientras que los avances se hacen sentir en otros lugares. Y uno de sus más orgullosos trofeos es su universidad privada: «La Estatal de Efren». Una de las más cotizadas a niveles comparativos entre Harvard y Princeton. En sus salones solo permitían estudiantes egresados de escuelas de Wisconsin sin dar oportunidad a extranjeros de otras ciudades o de otros países.

Eso era hasta hace menos de una década, antes de que se creara la beca: Ideales, fundada únicamente para extranjeros de todo el mundo, que cumpliera con los requisitos académicos, culturales, cívicos y morales del instituto (o monetarios) que eran requeridos.

Los egresados de distintas escuelas participan en cada ciclo de inscripción por tener uno de los dos cupos suministrados por el mismo rector. Esto se hace durante los meses anteriores al inicio de los periodos de ingreso. Todo por ser parte de aquel pequeño porcentaje milagroso de alumnos que lograban ser parte de Efren.

Es de destacar, que es una de las pocas universidades que abarcaban todas, sí, TODAS, las carreras conocidas del nuevo mundo, desde las menos acreditadas hasta las más increíbles e inimaginables. Siendo esto un agregado más para sus graduados.

Y ahí estoy yo, frente a una cámara con un lente fijo hacia mi cara, mientras mi hermano daba un último detalle a los preparativos. De vez en cuando se encendía la luz y eso me asustaba, pero luego se apagaba y volvía a respirar. En mi mano tenía un papel mal cortado y nada profesional, sobre todo lo que tenía que decir como requisito de la participación para tan codiciada beca a la que tanto mi mellizo y yo habíamos decidido entrar, a pesar de la distancia que había entre los países.

Las líneas memorizadas pasaban una y otra vez por mi mente para soltarlas en el mismo orden en que las había aprendido.

Entonces Karter me miró desde atrás del aparato con una gran sonrisa y ese brillo de adrenalina que compartía con él se asomó.

—¿Lista? —cuestionó él, y yo le sonreí apretando mis manos en mi regazo mientras mi corazón parpadeó con fuerza dentro de mi pecho.

—Desde el primer respiro —asentí recibiendo el mismo gesto de su parte. Él activó algo antes de caminar rápidamente hasta mi lado para sentarse erguido al igual que yo.

Su camisa bien planchada de un tono azul claro le daba ese toque angelical y dulce de alguien menor a su edad. Tras observarlo por unos segundos, solo pude obtener una sonrisa de confianza cuando se dio cuenta de mis ojos sobre él. Tomó mi mano sobre mi regazo cubierto por una falda de tono rosa pastel conjunto a una camisa manga tres cuartos algo beige, y apretó el agarre. Sabía que busca más mi confianza que yo la de él al ser la hermana mayor.

Ideales [Terminada]  #PGP2022 Bilogía ✨ Inestables ✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora