TREINTA Y CUATRO

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Aunque Taehyung no confiaba en la situación del todo y mantenía un ojo sobre un Minjae que se embriagaba sobre la barra y echaba miradas a Jieun, ella no había parado de hablar con Junmyeon. Ambos parecían estar en un ambiente muy cercano y ameno, con aires de coquetería, que seguramente no le estaría haciendo mucho bien a su querido amigo. Tenía miedo por esa tensión que destilaba Minjae, pero después de lo que había contado la chica, se merecía estar pasando por esto.

Tal vez, con un poco de fé, confianza, polvo de hadas y un toquecito de celos, Minjae finalmente recapacitara que era momento de actuar sobre la situación, porque era definitivo que Jieun se estaba cansando y que no esperaría por el toda la vida.

La podía entender. ¿Por qué esperar a alguien tanto tiempo, cuando ese alguien evade e ignora tus sentimientos?

Tratando de ponerse en los zapatos de Minjae, comprendía el miedo a que las cosas cambien o a proteger la amistad, pero cuando los dos se gustaban tanto y cada vez se desgastaba más el sentimiento por el paso del tiempo, ¿Qué quedaba por proteger realmente?

Tal vez estaba muy absorto, porque se sorprendió cuando escuchó a un Baekhyun, que curiosamente estaba bailando acaramelado con Chanyeol.

— Si no vas a sabrosearte a Jin, me lo sabroseo yo. — le gritó sobre la música, sacando a Taehyung de sus pensamientos.

— ¿Qué dijiste, Marta? Es que no entiendo tus ladridos. — Taehyung se señaló su oído y luego negó con el dedo.

— Que te concentres, es tu momento de actuar. Estoy harto de su tensión sexual, es el ambiente perfecto para que tú también hagas algo al respecto. — dejó de bailar un momento y puso su mano sobre el hombro del menor, viéndolo. — Sé que es tu primer amor y esta es tu primera salida, pero tienes a un chico precioso en frente y una oportunidad perfecta. Es momento de soltarse un poco, Taehyungie, verás que es divertido.

Le sonrió levemente y le guiñó el ojo, antes de volver toda su atención al más alto y ponerse de espaldas a él, pegándose. Taehyung abrió mucho los ojos, porque nunca había visto a personas bailando de esa manera. Pasó saliva.

Aparto a la mirada y buscó a Jin, que justo en ese momento le hacía señales desde otra parte de la barra para que fuera y así lo hizo, tomando asiento a su lado.

— Te ordené un mojito. Espero que te guste. — le dijo el mayor tendiendole un vaso. Taehyung le agradeció y le dió un pequeño sorbo.

— Está rico, no es tan terrible como pensé. ¿Dónde está tu amigo, Jaehwan? Ya no lo ví más. — inquirió curioso mirando todo el lugar.

— Se fue hace algunos minutos con una pelirroja al baño. — comentó muy casualmente y Taehyung enarcó una ceja.

— Vaya... — mencionó sorprendido y dió más sorbos a su bebida, pensando que este era el verdadero ambiente universitario.

Miró al chico frente suyo. Estaba con su cabello azabache hacia atrás, dejando su frente despejada, una camiseta blanca de cuello amplio que dejaba ver sus clavículas y unos pantalones negros que se apegaban exquisitamente a sus piernas. Sintió un tirón en su parte baja.

— Hyung, ahora sí es momento de bailar. No tomaré un no por respuesta. — se paró y extendió la mano al mayor.

— Pero soy muy malo, bebé. Prefiero que nos quedemos aquí y me sigas mirando como lo hacías antes. — respondió coquetamente Seokjin, el menor se sorprendió.

— ¿Te diste cuenta? — mencionó ligeramente avergonzado y el contrario asintió con las mejillas rojas. — Baila conmigo, hyung. Lo haremos a nuestra manera, sin presiones, sólo los dos. Por favor. — sabiendo que era una estrategia sucia, su labio inferior salió, mirando con ojitos suplicantes al mayor.

— Tu ganas, bebé. Aunque me parece muy injusto de tu parte. — tomó la mano de Taehyung y se dirigieron a la pista.

La canción tenía un ritmo animado haciendo que empezaran a bailar con pasos divertidos, buscando que el otro se riera. Después pasó a un ritmo más alocado en que cantaron y saltaron las canciones a todo volumen. No podía dejar la sonrisa que tenía en su rostro, cuando veía el mayor tan contento y libre en ese momento, con el peinado deshaciéndose un poco, dejando mechones libres sobre su frente y las gotas de sudor bajando por su cuello.

La vibra cambio porque empezó a sonar un ritmo muy diferente y más sensual, haciendo que quienes bailarán en pareja se acercarán más.

Taehyung cerraba los ojos y se dejaba llevar por la cadencia de la música, pasando sus manos por los amplios hombros del mayor hasta llegar a su cuello y apegando su cuerpo al contrario. Seokjin por su parte hizo lo mismo, con los dedos por su cintura, rodeándola casi por completo.

La tensión nuevamente había aparecido, acompañada de una necesidad más grande, mientras ambos bailaban, moviéndose suave y presionando en los lugares correctos, en algo que parecía más un juego de ver quién avanzaba más.

Había poco espacio entre sus rostros y se miraban con una intensidad muy difícil de procesar por completo. El sudor por sus cuerpos y los bajos resonaban tan duro que parecían sentirse en el vientre. El mayor acortó más la distancia, sus narices rozándose sin parar de bailar y ante esa cercanía, Taehyung se relamió los labios, sintiendo la respiración ajena sobre ellos.

— No te haces una mínima idea, de lo mucho que he querido tenerte así. — confesó del menor en un suspiro, sus dedos acariciando los cabellos de su nuca.

— ¿Si? ¿Y por qué querías tenerme así, bebé? ¿Hay algo que quieras hacer? — provocó el mayor con una mirada oscura que el menor no había visto antes sobre él. Le gustaba ese nuevo atisbo de un lado diferente de Seokjin.

— ¿No sé escandalizaría con mis pensamientos, hyung? No quiero faltarle el respeto. — se lamió los labios nuevamente y no sé perdió el cómo los ojos del pelinegro siguieron ese movimiento.

— Te estoy dando permiso de faltarme el respeto y hacer lo que desees conmigo... — apretó su cintura, haciendo que sus pelvis se presionaran juntas y el menor soltará un suspiro entrecortado.

— Le tomaré la palabra, hyung. — se acercó a él y rozó sus labios.

Ese roce tan breve le había pasado a ambos un escalofrío por todo el cuerpo, el corazón desbocado y las rodillas de Taehyung flaqueaban. Observó el semblante descolocado del mayor, mirándolo con confusion y sorpresa... Pero sobretodo hambre.

— Bebé... — susurró Seokjin antes de atraerlo a él nuevamente en un beso.

My Roommate ✘ k.th + k.sjWhere stories live. Discover now