ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 7

Era de noche aún, alrededor de las 10 creo. Tal vez más.

Gojo-sensei me pidió que lo acompañara a un lugar, justo cuando estaba por irme a mi habitación, y obviamente acepté.

Además, me prometió algo a cambio...

Siempre disfruté el aire fresco que entra por la ventanilla de los autos, además de las vistas que me proporcionaba. Por eso, tomé la costumbre de siempre bajarla (incluso en invierno) aunque sea un poco. Ahora mismo, está baja por completo, ya que Gojo-sensei dijo que no le molestaba.

—Todavía queda tiempo para la junta, ¿quieres hacer algo? —le preguntó Ijichi, quien está manejando, a Gojo-sensei.

—No. Llegaremos temprano para variar —respondió, de brazos cruzados.

Gojo estaba del lado derecho trasero del auto, mientras que yo en el izquierdo.

Volví a distraerme con la vista de la ventanilla. El cielo tenía algunas nubes que lucían grises debido a la oscuridad.

—Detente, Ijichi —soltó de repente.

Lo miré, sin entender el porqué de su orden.

—¿Eh?, ¿aquí?

Ijichi lucía igual o más confundido que yo.

Gojo-sensei bajó del auto, quedando parado en medio de la calle. Yo estaba por bajarme también, para seguirlo, pero me detuvo.

—Tú quédate, Abi-chan —me sonrió cálidamente.

—¿Qué harás?

—Sigue adelante, Ijichi.

Ok, me ignoró por completo.

Gojo nunca me había ignorado hasta ahora. Eso encendió una alarma en mi cabeza, y formé una mueca inconscientemente.

—¿Esto es una prueba?, ¿no me golpearás si de verdad sigo adelante?

—¿Por quién me tomas?

Ijichi simplemente arrancó el auto, doblando en una curva más adelante... Eso me hizo imposible seguir viendo a Gojo-sensei por el parabrisas trasero. No sé si había notado mi mirada o no, pero su rostro no tenía ninguna expresión. Intuí que algo andaba mal.

—Ijichi, para el auto.

—Lo siento, pero no. No me atrevo a desobedecerlo.

—No se lo diré, ¡le puedo mentir y decir que me tiré por la puerta!

Él simplemente se dispuso a trabar las puertas para asegurarse de que esa mentira no se hiciera verdad.

La decepción se hizo notoria en mi cara.

—Ijichi, ¡no seas cobarde! ¡Sé un hombre!

—No cuando se trata de Gojo-san.

El auto avanza rápidamente, me quedo sin tiempo.

Miré a todos los lados, buscando una salida o punto débil. Hasta que la vi.

Mi ventana sigue baja.

Tengo que hacerlo rápido, o se dará cuenta y la cerrará.

Sin pensarlo demasiado, me sujeté del marco superior de la ventanilla y pasé mis piernas por debajo, saltando hacia afuera. Gracias a la inercia, al tocar el suelo rodé y reboté unos cuantos centímetros, raspando mis codos, antebrazos y rodillas con el asfalto. Pero eso no es lo que importa ahora.
Mi chaqueta del uniforme se dañó por todos lados, volviéndose molesta, así que me la quité y la dejé tirada por ahí, quedando en mi camisa aún blanca (exceptuando la parte de los codos).