-¿Qué es el Universo?
-No es una cosa, son... cómo explicarlo... -me rasqué la nuca-... es como si fueran personas, pero no tienen un cuerpo físico, ellos son el origen de mi poder y la razón por la que llegué acá.
-¡¿Son Espíritus?! -Yuji me miró c...
Me encontraba caminando junto a Gojō-sensei, pasando por un puente que cruzaba un arroyo, en la escuela. Al final, debido a esta inesperada reunión, Gojō se sacó el peinado que le hice...
Suspiré con desdén.
Luego de pasar por un pasillo, entramos a un cuarto de estilo tradicional-moderno, donde, sobre una alfombra, se encontraban dos sofás enfrentados, separados por una mesa ratona. Gojō-sensei entró como si fuera el dueño y se tiró sobre el sofá frente a la puerta. Yo solo tomé asiento tranquilamente a su lado, mirando al viejito enfrente nuestro.
El anciano comenzó a analizarme con la mirada, generándome cierta incomodidad. Su mirada era oscura y penetrante. Fruncí el ceño, mostrando mi disconformidad.
—Gakuganji Yoshinobu, director de la escuela de hechicería de Kyoto. —dijo con su voz rasposa. Normal en un tipo de su edad.
—Yūgen Abril. Estudiante de primer año. —respondí con seriedad.
—¿Aún no llega Yaga? —preguntó el anciano a Gojō— Para un hombre como yo al que le queda poco tiempo de vida, el tiempo vale oro.
—El director Yaga tardará un poco en llegar —mi sensei se cruzó de piernas, a la vez que estiraba su brazo sobre el respaldo del sofá, en mi dirección—. Obligamos a Ijichi a que le diera un horario falso. Hablemos un poco.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Tapé mi boca con mi puño (disimuladamente) al verlo de reojo. ¡¿Qué clase de posición es esa?!
¡Es demasiado!
Cerré los ojos y me calmé, respirando hondo. Tranquila, Abril. Tranquila.
—¿Hablar? ¿Sobre qué?
Aún no entiendo por qué Gojō-sensei insistió en que lo acompañara a esta reunión. No es que me moleste, pero no me incumbe en absoluto. En fin, simplemente me mantuve en silencio, escuchando sin intervenir.
—No juegues conmigo anciano, es sobre Itadori Yuji. Un anciano conservador como tú debe estar envuelto en esto, ¿no? —sonrió cínicamente.
—Los jóvenes de hoy... —suspiró el viejo— ya no saben tratar con respeto a sus mayores.
—Y no tengo intenciones de hacerlo. Me molesta mucho la forma de ser de los ancianos de hoy.
—Cuida tus palabras.
¿Hmm?
Desvié mi mirada hacia la tercera voz, la cual provenía de una chica de pelo celeste parada a un costado nuestro, contra la pared. Un guardia, tal vez.
El viejo es desconfiado... definitivamente tiene una mala relación con Gojō-sensei.
Y si está en malos términos con él, conmigo también.
—Me aseguraré de informarle esto a mis superiores. —continuó.
—Tch. Qué odiosa —respondí cerrando los ojos con molestia—. No te metas en esto.