Las lágrimas no paraban de caer.
No sólo por mis mejillas; por todo mi rostro.
Parada en medio del arroyo, mirando hacia arriba, en el cielo, cómo a lo lejos comenzaba a distinguirse un pequeño rayo de luz, tan pequeño, que no marcaba diferencia en la oscuridad de la noche aún.
Las estrellas eran testigos de mi llanto, dándome consuelo. El viento también, abrazándome con frescura y delicadeza.
Algunas lágrimas caían y se mezclaban con el agua del arroyo; otras simplemente se perdían entre las raíces de mi cabello.
Pero ninguna se guardaba.
Todas caían, cansadas de ser reprimidas por la amnesia.Recordé parte de mi familia.
Sobre todo, reviví la pérdida de mi querido abuelo.
Todas las personas, normalmente, tienen cuatro abuelos; pues yo tenía solo dos.
Dos presentes, y dos que, si bien estaban vivos, eran ausentes. A uno ni siquiera lo conocía; solo lo vi una vez, en una cafetería al lado de una autopista.Mis abuelos maternos eran los únicos presentes. Mi abuelita sigue viva, en ese lugar de donde vengo. Mi abuelo... no.
Recordé mi niñez. Mi hermana, en incontrolables arranques de ira, me golpeaba. Me maltrataba. Yo, teniendo solo unos 7 u 8 años. A veces, me golpeaba y tiraba al piso, arrastrándome por las escaleras frías y duras de mosaico. Aún recuerdo el dolor en mi estómago, tan fuerte que perdí el aire unos momentos.
Una vez intenté decirle a mamá.
Ella recién llegaba de trabajar, y yo le dije, a escondidas por miedo a que mi hermana escuchara, "mamá, Cala me pegó"
"¿En serio?", me preguntó.
"Sí, muy fuerte... Me dolió".
Fue doloroso, pero no en una zona huesuda como para dejar moretones o alguna marca. No tenía forma de demostrarle mi dolor, así que nunca lo tomó en serio. "Peleas de hermanas. Son normales".
No me sentía segura. Era pequeña, y hacer enojar a mi hermana mayor me aterraba. Ella era muy fuerte, y, si bien mi otro hermano (más grande que ella, incluso) me defendía, él no vivía cerca, por lo que no podía depender de él. Crecí escondiendo todo dentro de mí, justo como lo hago ahora, por miedo.
Nunca intenté decirlo de nuevo. Solo esperé. Esperé a crecer.
"Esperá. Es cuestión de tiempo. Cuando crezca, voy a ser más fuerte. No voy a dejar que me toque de nuevo".
No se puede depender de nadie, solo de uno mismo. Lo entendí hace tiempo. Lloraba silenciosamente en las noches, frente a mi ventana, mientras me enfriaba con el viento. Podía ver la luna directamente.
Aún no conocía al Universo, pero había comenzado a sentir su amor por mí sin saberlo.
Esperé a que mi cuerpo creciera, y, con él, mi fuerza; no pudo pegarme por muchos años más después de eso. Ya no era una chiquilla indefensa.
Como mencioné antes, nunca dije nada desde esa primera y última vez, por lo que buscaba otro consuelo. Algo, o alguien, que me ayudara a esperar con más motivación. Alguien que me tratara bien. Que me quisiera y me hiciera sentir especial. Alguien que me transmitiera la sensación de seguridad que había perdido.
Necesitaba saber que por lo menos un miembro de mi familia me escuchaba, me quería de verdad.
Ese era mi abuelo. Mi querido y autoritario abuelito.

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ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)
Fanfiction-¿Qué es el Universo? -No es una cosa, son... cómo explicarlo... -me rasqué la nuca-... es como si fueran personas, pero no tienen un cuerpo físico, ellos son el origen de mi poder y la razón por la que llegué acá. -¡¿Son Espíritus?! -Yuji me miró c...