ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 20

Narra Abril

—¡Quiero ir!

—No irás.

Su sonrisa siempre me gustó, pero ahora comienza a irritarme.

—¡¿Por qué?! ¡Usaré mis gotas!

—No importa. Con cómo están las cosas, nunca se sabe lo que puede pasar. En el peor de los casos, una Maldición Especial puede aparecerse y obligarte a recurrir a tus habilidades —se acercó, mirándome directo a los ojos a través de su venda negra—. Eso no puede pasar, Abi-chan.

Suspiré media resignada.

Tiene un poco, mucho, de razón.

Se sentó en el borde de mi camilla.

No pasaron ni cinco días desde el partido de baseball, pero no hubo ni uno de ellos en los que no haya visitado la Enfermería.

Las dos heridas de las mordidas no cicatrizan en lo absoluto, por lo que Shoko recomendó atención diaria. Como ella está ocupada para estar conmigo todos los días, por esta vez, Gojo-sensei se encargará de cambiar mis vendajes, ya que, según Shoko, no sería bueno tenerlas expuestas.

Satoru se sacó la venda, mostrándome nuevamente sus hermosos ojos del cielo.

—¿Y qué haré entonces? ¿Mis amigos van solos a una misión y yo no hago absolutamente nada? ¿Y si me necesitan?

Se quedó mirándome a los ojos, al igual que yo esperando su respuesta.

—Pueden sobrevivir por su cuenta. Tú, Abi-chan, no —se acercó más a mí y apartó mi pelo, pasando con suavidad sus dedos alrededor de mi herida en el cuello. Sus ojos me miraban retadores en todo momento, así que traté de evitar que cualquier quejido o reacción se me escapara, pero no lo logré. Desvié mi cabeza a un costado y formé una mueca, confundible con un puchero, por el dolor. El solo sonrió y tomó mi barbilla con su índice y pulgar, enderezándome para que lo mirara, sabiendo que tenía razón con lo que pensaba—. Ni siquiera hizo falta que tocara tu herida, imagina lo que pasaría en una pelea. ¿Qué harás si te golpean en el muslo? —apretó apenas el contorno de la mordida en esa zona, provocándome un pequeño espasmo. Sé que no debería, pero el hecho de que tocara mi muslo me hizo sentir calor. Y digo calor por la vergüenza, no por otra cosa. Luego de provocarme una crisis existencial, me soltó—. En sí, tu Energía Purificadora ya no repele la Maldita, según lo que puedo ver. Solo se enfoca en proteger tus órganos vitales. Una sola vez que uses tus habilidades, y podrías empezar a tener consecuencias graves, teniendo en cuenta que la Energía Maldita es como veneno para tu cuerpo. Además, si tuvieras problemas, podrías complicar el trabajo de tus compañeros.

—¿Qué tan graves? —arqueé una ceja, haciéndome la tonta.

El me golpeó con su índice en la frente, a modo de regaño.

—¿Necesitas que lo diga?

—No... —bajé la mirada.

Pasaron unos segundos en silencio que se me hicieron eternos. Él solo miraba mi cuello y dejaba guiar su mirada hacia abajo, siguiendo el trayecto de la Energía Maldita en mi cuerpo.

—¿Qué pasa? —pregunté de una vez.

—Solo estoy pensando —pasaron varios segundos más, hasta que se decidió—. Si intento curarte con la Técnica de Maldición Inversa, ¿crees que funcionaría?

Parecía más una pregunta para sí mismo que para mí.

—Lo dudo, pero adelante —ladeé la cabeza un poco, para darle más acceso a la herida—. Confío en ti, Gojo-sensei. —le sonreí suavemente.