ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 38

Narra Abril

Abrí la puerta, sin prestar atención a la conversación de los chicos a mis espaldas, y la cerré tras de mí.

Dos intensas miradas se clavaron en mí de inmediato, una más pesada y desconfiada que la otra.

—¿Abi-chan?

—Ah, tu amiga es algo eh —dijo el tipo morrudo de pelo lila frente a él, unos pasos a mi lado. Yuji estaba a lo spider-man sobre un mueble que, en la pared detrás, tenía todas las pequeñas pantallas con los videos de las cámaras de seguridad—. Una llamada del número de Kirara... —dijo, acercándose a Yuji con rapidez—... es una señal de emergencia.

Y le reventó la barbilla de una patada.

Parpadeé un par de veces.

Ah, las cosas ya no están bien aquí tampoco entonces.

Yuji se refregó la carita, limpiando algunos rastros de sangre, y tomó a Hakari por las solapas de su camperón oscuro, reventando su cabeza contra la suya.

—¡¡Escucha...!! —le exigió.

—¡No quiero! ¡¡Ya me he enfriado...!!

Tomó a Yuji por la cabeza con ambas manos y le estampó consecutivas patadas en el estómago, hasta que se soltó. Pero Yuji se llevó su abrigo con él.

—¡Hakari! —me precipité a detenerlo, tomándolo por el antebrazo con firmeza antes de que volviera a golpear a Yuji—. ¡Por favor, danos sólo unos minutos!

—¡¡Que no!!

Él se soltó con brusquedad de mí y se dispuso a embestirme con su otro puño, pero lo bloqueé formando una X con mis muñecas. Derrapé hasta el otro extremo de la sala, y el estruendo del golpazo que le propinó a Yuji fue todo lo que pude escuchar. Había ido más allá de la pared, adonde Megumi, Panda y Kirara estaban peleando.

Hakari salió detrás de él, con las venas de sus brazos marcándose por sus puños fruncidos. Lo seguí, para intentar detenerlo, pero la mirada decidida de Yuji, unos metros más atrás, me detuvo a mí. Se reincorporó, levantándose del suelo.

—Abril, Fushiguro, Panda-senpai... quédense fuera de esto —nos dijo.

Panda, Megumi y Kirara observaban desde la terraza de una torre un poco más alta.

—Me estás subestimando —advirtió Hakari, preparando su puño.

Lo estampó con fiereza sobre el rostro de Yuji, quien no hizo absolutamente nada para defenderse, y lo desfiguró por completo, tirándolo contra el suelo; pero se apoyó en una mano y se enderezó al segundo, como un pilar. Exhaló con fuerza y expulsó dos chorros gruesos de sangre por su nariz, sin intenciones de moverse de donde estaba.

—Estás loco —soltó Hakari—.... Interesante. Escucharé lo que tengas que decir —dijo, envolviéndose en un flujo abrumador de Energía Maldita—, mientras permanezcas de pie.

—¡¡Kin-chan!! —gritó Kirara, desde el "balcón"—. ¡¡Estos niños quieren tu ayuda!! ¡Escucha lo que tienen que decir!

Sí, Megumi es muy encantador si se lo propone.

—Acabo de decir que los escucharé —le respondió.

—...Entonces está bien, ¿supongo?

Me crucé de brazos.

A espectear, entonces.

—Oye Itadori, ¿por qué yo? Esta es la primera vez que nos vemos, ¿no? ¿Por qué viniste a mí en busca de ayuda?