ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 11

Narra Abril.

En el instante en que vimos a la maldición, Itadori quiso lanzarse a atacarla, pero fue detenido por Nanami. Sentí como las gotas de lluvia comenzaban a mojarme toda.

—Detente. Yo me encargaré de este. Itadori-kun, tú ve con el de por allá.

Ambos volteamos hacia atrás, viendo cómo otra maldición se asomaba por la pared. Decían cosas insensatas, como "detergente" o "lonchera", con esa voz perturbadora y aguda típica de las maldiciones.

—¿Y yo qué hago, Nanami-san? —me apunté con un dedo.

—Nada. Ayuda a Itadori-kun —un quejido se me escapó—. Si creen que no pueden ganar contra él, llámenme.

—¿No estás subestimándonos demasiado? —se quejó Yuji.

—No importa si lo hago o no. Soy un adulto, y ustedes unos niños. Tengo el deber de priorizarlos sobre mí mismo.

—Yo ya tengo 18, soy mayor de edad. —sonreí orgullosa.

Me ignoraron por completo.

—Si nos tratarás como niños, preferiría que nos menospreciaras. —siguió Yuji.

—Que hayas escapado de la muerte varias veces, no significa que te hayas convertido en adulto. Encontrar cada vez más cabellos en tu almohada al despertar, ver cómo tu pan favorito ya no está en la tienda; todas esas pequeñas desesperanzas son las que te convierten en adulto.

Qué intenso...

¡Bueno! Viendo que no voy a tener mi propio oponente, me resignaré a observar y aprender desde lejos.
Me recosté contra una pared, de brazos cruzados, viendo cómo los dos hombres comenzaban a pelear con su oponente.

—Mi técnica produce forzosamente un punto débil en cualquier oponente que enfrento, a una escala de 7:3. Si se golpea en ese "punto", el golpe será crítico, y, si además, es algo con poca Energía Maldita, sea vivo o no, puedo cortarlo incluso con esta hoja sin filo —movió la hoja para mostrarla. Era algo así como un machete (grueso y cuadrado) envuelto de algo blanco con manchas negras.—. ¿Están escuchando?

—Fuerte y claro. —respondí.

—¡¿Ahh?! ¿Me hablabas a mí? —parece que Itadori estaba concentrado— ¿Está bien revelar eso?

Pude notar cómo Yuji se debatía en si pelear con la maldición, o prestar atención a lo que Nanami decía. Decidí congelar temporalmente la pata de la maldición contra el suelo, para aliviarlo un poco. Él me agradeció con una sonrisa.

—Tiene sus ventajas, ya que sirve para engañar a tu ponente, y, además, "mostrar tus cartas" aumenta la efectividad de tu técnica —Nanami, de un golpe, cortó con su hoja las cuatro patas de la maldición—. Justo así.

—¡Impresionante!

—Cuidado atrás.

Yuji volteó enseguida y tapó el ataque con las manos, pero aún así el impacto lo golpeó un poco, haciéndolo retroceder.

—No me sorprende que no prestes atención. —le dijo Nanami.

—¡Entonces no me distraigas!

Yuji respiró profundo y cargó sus puños con energía maldita. Avanzó rápidamente y golpeó a la maldición en el pecho derecho, destrozándola con su nueva habilidad.
"El puño divergente": un golpe con fuerza sobrehumana, seguido por un golpe retrasado de energía maldita. Sí, devastador.

Me acerqué con tranquilidad al cuerpo de la maldición, la cual aún agonizaba en el suelo. "Detergente", chillaba la tonta. Me agaché junto a ella, mirándola con atención. ¿Cómo puede ser tan estúpida?