ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 13

Al día siguiente.

Narra Abril.

Me encontraba observando mi reflejo, desde cerca, frente a un espejo. Con mi mano simulé la postura de la del sujeto que me ahorcó para dejarme inconsciente, y luego la retiré. No había marca alguna, como si nunca hubiera pasado; lo mismo con mis ojos. Están perfectamente.
Con la misma mano, aparté el cuello de mi camisa con suavidad y la vi. Había una mordida justo en la curvatura del cuello, sobre mi clavícula, que parecía tatuada en mi piel, con toda una aureola negra-violácea rodeándola. Todo se curó, excepto esto. Debe ser por la Energía Maldita, imagino. En fin, era grande y horrible, ni siquiera me atreví a tocarla por el dolor de la otra vez... cuando Gojo-sensei la acarició. Suspiré.

¿Desaparecerá algún día? No me gustaría que quedara para siempre.

—No te angusties tanto, Abi-chan. Estoy seguro que podrás eliminarla. —escuché decir, de repente, a Gojo-sensei. Acababa de aparecer, pero empiezo a acostumbrarme a sus llegadas repentinas.

—¿Tan obvia soy? —hice una mueca.

Acomodé mi camisa, tapando la marca.

—Sip. —dijo parándose junto a mí con las manos en los bolsillos. Yo volteé a verlo, esperando a que suelte lo que vino a decirme.

Como no me decía nada y sólo me miraba sonriente, traté de incentivarlo con los ojos.

—¿Hay algo que quieras decirme?

—Sí, tal vez —comenzó a caminar por el pasillo del lado izquierdo, y yo lo seguí—. Incluso si tienes unos días de reposo y demás —me miró mientras caminábamos—, recomiendo empezar a entrenarte ahora mismo.

—Está bien. —asentí.

—¿No vas a cuestionarme?

—No. Tú sabes sobre estas cosas, así que confío en tus decisiones, además... también quiero eliminar esto cuanto antes. No quiero darle tres días para expandirse por mi cuerpo con total libertad. —hice una expresión de fastidio.

Gojo-sensei me sonrió, y yo le correspondí.

—Entonces ven conmigo. —me palmeó la cabeza.

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—¿El río?

—¡Hai!

Estábamos parados frente al río, viendo cómo el agua corría hacia la izquierda por la corriente.
Miré a mi profe con curiosidad, esperando a que siguiera con una explicación.

—Luego de un cuidadoso análisis, llegué a la conclusión de que el entrenamiento más adecuado para ti, es el agua —me miró sonriente—. Cada vez que pasaste una noche dentro, al salir, despertaste una nueva habilidad, y con ella, mayor fuerza. ¿Correcto?

—Sí, eso creo. —dije mientras jugaba con un mechón de pelo.

He visto series en las que los protagonistas se matan entrenando para ser fuertes, mientras que aquí, uno entrena viendo películas y yo metiéndome al agua... increíble.
Sonreí por ese pensamiento.

De repente, sentí cómo Gojo-sensei apoyó su mano en mi espalda.

—¿Qué ha...? ¡Aay!

No llegué a terminar lo que decía, que el desgraciado ya me había empujado dentro del río. Desde el agua, lo miré mal.

—¿Qué? ¿Estás enojada? —hizo un puchero con los labios, haciéndose el inocente— Dijiste que te gustaba reforzar la conexión de vez en cuando, ¿no? —sonrió divertido.