Capítulo 44 (JDS. parte 6)

228 12 10
                                        


Baño (capítulo largo)

Narra Abril

¡Oi! ¡¿Qué mierda crees que haces?! —le grito, le pego en la mano y en el brazo para que me suelte, pero nada. Ya no me arrastraba tomándome por la cabeza, sino por el antebrazo—. ¡¡SUKUNAAA!! ¡¡¡Suéltame!!! —ordeno rabiosa, pegando tirones con toda la fuerza que tengo. Pero su fuerza es del calibre de la de Satoru, creo. Y yo, ahora, así..., soy una hormiga.

No, menos que eso.

—...¡Nie—!

¡No, idiota! ¡No la invoques!

La mirada de Sukuna enseguida se cierne sobre mí, con una gran sonrisa provocadora en sus labios.

...Incita al odio con tantas amenazas silenciosas.

Desde el momento en que habíamos entrado en este lugar, me inundó un terror incomparable. Sukuna me arrastra cada vez más cerca de esa pileta gigantesca de agua negra y espesa.

...No, no es agua; no sé qué mierda es esa cosa, pero emana una cantidad de Energía Maldita tan pesada, tan intensa, que me da náuseas y me revuelve todo el estómago, me llena de escalofríos, de miedo. Me oprime.

De un segundo para el otro, Sukuna se deshace de su bata sedosa por completo, y yo me obligo a mantener la intimidad de Megumi y cerrar los ojos en ese mismo instante, sin dejar de pelear.

—Vamos a bañarnos —repite.

—¡¡Estás loco!! ¡No pienso meterme ahí! —chillo, tirándome al suelo para tratar de hacer contrapeso contra su fuerza, pero él tira de mi brazo apresado por su mano y me estrella contra el cuerpo de Megumi; el impacto del golpe contra su pecho firme me deja algo atontada, pero no tardo más de un segundo en sentir que me arranca toda la ropa de otros dos fuertes tirones despiadados —de por sí, ya estaba descalza—, y no logro mantener los ojos cerrados.

Mi primera reacción es atinar a cubrirme los pechos, pero me encuentro con el detalle de que Sukuna había desviado la mirada. Siento mi respiración irregular y agitada atenuarse un poco y escaparse por mis labios entreabiertos debido al shock. El corazón me palpita tanto que me mareo por su culpa, por el retumbe de los latidos en toda mi cabeza y cuerpo hasta hacer temblar mis dedos y todas mis extremidades.

Pues claro, no me esperaba nada de esto. Sí esperaba, por el contrario, que me despedazara hasta matarme.

Él sólo mantiene su sonrisa y vuelve a forzarme a seguirlo, con la misma dureza de su mano en mi antebrazo.

—No me mires como si te hubiera tenido algo de empatía —se ríe, aún sin mirarme. Yo sólo me permití un rango de visión desde la cintura (o espalda, mejor dicho, porque estaba delante de mí) para arriba—. Fushiguro aún despierta algunas reacciones cuando se trata de ti o del mocoso.

Mis ojos se inundan casi de inmediato al escuchar esas palabras y todo el profundo significado que arrastran. Y frunzo el ceño.

—¡¡¡SUÉLTAME!!! —me vuelvo a desesperar cuando, luego de haber bajado todos los escalones, me obliga a poner el primer pie dentro de esa sustancia negra y viscosa que me transmitía tanto miedo reprimido.

Me arrastra hasta el centro en menos de dos segundos, a pesar de mis esfuerzos, y me sumerge tomándome con violencia por la cabeza.

En ese mismo instante, todo se vuelve negro para mí. Todo ese terror, caos y dolor se abre paso por mi garganta, por mis fosas nasales. Siento cómo todo eso llega hasta lo más profundo de mi cuerpo y se transforma en una sola pesadilla, concentrada en mi estómago. Y, de repente, me percibo una chica inútil, débil, miedosa y desesperada que no puede hacer nada. Siento cómo me ahogo y me desvanezco poco a poco.

ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)Where stories live. Discover now