Soñada

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PARTE 3

Todos estábamos reunidos en la sala principal, tanto estudiantes como profesores y directores, de ambas escuelas hermanas: Tokio y Kioto.
Satoru estaba disfrazado de santa, porque es albino, y cumplía su función repartiendo los regalos bajo el gran árbol de navidad, que llegaba hasta el techo de la sala. Llevaba botitas negras y el traje rojo de santa lo hacía ver ridículo y sexy a la vez, en especial el gorrito que llevaba en la cabeza. La enorme bolsa que cargaba completaba la imagen.

¿Es normal que me sienta atraída por santa?

Mi expresión debía ser todo un poema.

No puede gustarme un viejo.

—Y ahora... ¡Mis queridos estudiantes! —dijo, dando una vuelta digna de una bailarina de ballet. Oh, traumatizante. Su elasticidad es envidiable, así como el largo de sus piernas, though—. Para mi querido Yuji-kun. Mi adorado Megumi-chan. La loca Kugisaki. Y mi amada Abi-chan. —finalizó, repartiendo los regalos de todos respectivamente. Yo estaba sentada sobre una mesa, y dejó todos mis regalos a mi lado, pero no esperé a que terminara de dejarlos para empezar a abrirlos como una niña pequeña. Él rió por mi comportamiento infantil, y a mi lado, comenzó a abrir sus regalos.

Los jadeos de sorpresa se escuchaban de fondo, junto con el sonido de la leña de la chimenea siendo consumida por el fuego. Todo muy cálido y acogedor, tanto que parecía irreal.

Abrí el paquetito pequeño, sacando mi autoregalo, que era la pulsera de hilo rosita para compartir con mis amigos.

—¿Me la pones, Satoru? —le pedí.

Él me miró con una sonrisa pervertida.

—Cuando quieras, Abi-chan. —me susurró, para que nadie escuche.

Los colores se me subieron a la cara, y tiré de su pelo, casi dejándolo calvo.

—¡Me refiero a la pulsera, tonto! —grité, pero susurrando.

—¡Auch! ¿Por qué te enojas? Fue culpa tuya, Abi-chan. —se quejó, tomando la pulsera en sus manos para ponérmela.

—Ajá. —lo miré con mala cara, extendiendo mi muñeca. Cuando terminó, me acerqué a su oído, vigilando que nadie se distrajera de sus regalos—. Pero puede ser esta noche si quieres. —le susurré, dejando un beso en su mejilla a medida que me alejaba.

Su mirada y la sonrisa traviesa que surgió en sus labios, me respondieron por sí solas.

Me dediqué a seguir abriendo mis regalos y dejarlo así nada más. Abrí una cajita, que tenía fotos dentro.

—¿Eh? —se me escapó la incredulidad.

Eran todas polaroids de Todou. En algunas estaba en cuero modo luchador profesional y en otras no.

Oh, una carta.

La tomé entre mis dedos y comencé a leerla, con un Satoru recargado en la mesa, echándole el ojo, a mi lado. Revoleé los ojos.

Qué celoso.

"Para que te enamores de mí, esposa"

Me reí, pero por lo absurdo que me parecía esto.

Escuché a Satoru chasquear la lengua, así que volteé a verlo, aunque sus ojos estaban entrecerrados en fastidio.

—A pesar de que yo, papá Claus, le traigo sus regalos, intenta robarme a mamá Claus. ¡No lo permitiré!  —apartó la cabeza, cruzándose de brazos.

El berrinche de un niño, otra vez.

Supongo que por eso Santa da regalos a los niños, en su interior sigue siendo uno.

ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)Where stories live. Discover now