ᎷᎽ ᏌᏁᎥᏉᎬᏒᎦᎬ JJK (Gojo Satoru)

Capítulo 8

Narra Abril

Todo se sacudió de repente.

¿...?

Y de nuevo.

¡¿Qué fue eso?!

...Estaba durmiendo tan bien.

Hice una mueca y me levanté para cambiarme tranquilamente.

Aún no tengo mi chaqueta

Maldije para mis adentros. Parece que voy a tener que usar sólo la camisa.

...

Todo tembló de nuevo.

...Creí que lo había soñado o algo así.

No paraba de sentir temblores en el suelo, como si fueran sismos leves.

Apresuré el ritmo con el que me preparaba, poniéndome mi camisa, pollera, medias hasta las rodillas, y los borcegos al tobillo. Cuando estuve lista (después de ir al baño y todo), salí de mi habitación para ir al origen de los "temblores". Ya supongo que un simple sismo no es, porque no es constante y se siente que viene de un lugar específico.

Paré de correr en seco cuando lo vi.

Megumi estaba tendido en el césped, en el jardín de una galería que tenía máquinas expendedoras. El pobre seguro venía a buscar unas bebidas y alguien le pegó una paliza. Quedó un gran rastro de tierra removida desde su posición a la mía; aparentemente, había sido impulsado con mucha fuerza.

Cuando vi toda la sangre que chorreaba de su cabeza, me preocupé y corrí hacia él.

—¡Megumi-chan!

Me agaché junto a él y lo tomé de lado, rodeando su cintura, para ayudarlo a ponerse de pie. Él pasó uno de sus brazos por sobre mis hombros.

—No me llames así —me miró con cara de póker.

—Lo siento, es que me gusta como suena... —le sonreí, pero me puse seria a los segundos—. ¿Quién te hizo esto?

—Él —apuntó al frente con la cabeza.

—Lo supe tan pronto te vi: "Este tipo seguro es aburrido" —dijo el hombre—. Pero no es bueno juzgar un libro por su portada, ¿cierto? Por eso decidí preguntarte de todas formas..., pero pisoteaste mi amabilidad por completo.

«Una vez pensé lo mismo que él... y terminé con una gran decepción, ya que resultó que mi juicio era correcto. Llegué a la conclusión de que prejuzgar nos ayuda a evitar salir dañados»

Pelo castaño medio largo, atado en un chonguito alto; ojos de igual color. Piel oscura y cuerpo enorme y robusto, lleno de cicatrices (hasta en el rostro tenía una). A leguas se notaba que era un luchador brutal.

No es mi tipo.

—¿Quién se supone que eres tú? —le pregunté, ya estando de pie junto a Megumi (aunque ya se había soltado de mí).

El hombre estaba lejos de nosotros, así que comenzó a acercarse. No me molestó al principio, pero llegó un punto en el que era suficiente, en especial sabiendo lo que le hizo a mi amigo, así que puse mi brazo delante de Fushiguro de forma protectora, obligándolo a retroceder dos pasos.