Un verano que se niega a partir

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Holaaaa... Nuevamente acá, dejándoles un capítulo cortito. No me decidía por la canción. Estaba entre la que les dejé y Where the streets have no name de U2. Can necesita huir; huir donde las calles no tienen nombres, donde él no sea un hombre con pasado y con el corazón roto. El problema es que en realidad necesita huir de sí mismo y eso es imposible, aunque se vaya al lugar donde las calles no tienen nombres.

Como siempre, me encantan sus comentarios porque me dejan claro que aquello que quiero transmitir se percibe a través de la historia.



La opresión en el pecho había persistido por todo el día siguiente, por lo que el miércoles le pidió a Gülsum que le solicitara una hora con el médico. Su eficiente secretaria, alarmada por sus síntomas cuando él le explicó que le había dolido el pecho todo el día, le había conseguido una cita con un afamado cardiólogo para antes del mediodía y había reagendado todas sus reuniones del día. Como resultado de la eficiencia de Gülsum, para el final de la jornada y después de pasarse toda la tarde en el hospital, ya le habían practicado un electrocardiograma, una prueba de esfuerzo y hasta una angiografía coronaria por tomografía computarizada.

- Can no veo nada extraño en tu corazón. Estás sano como una lechuga e incluso mucho mejor que la mayoría de los hombres de tu edad. Tu condición física es excelente. Tu corazón ni siquiera chistó cuando te hicimos la prueba de esfuerzo.

- ¡Vaya! Eso es una buena noticia - comentó el aludido sin demostrar mucho entusiasmo.

- Tal vez tu problema es de otra índole – señaló el médico acomodándose en la silla.

Ante el silencio de su interlocutor, el médico agregó:

- Cuando pidió la cita, tu secretaria dijo que habías estado trabajando mucho. Tal vez el problema es de estrés o ansiedad y no un problema coronario. La opresión en el pecho es un síntoma muy común en las crisis de pánico.

- ¿Crisis de pánico? – preguntó Can sin entender – Yo no tengo pánico.

El médico sonrió ante la respuesta de su paciente.

- Las crisis de pánico no están necesariamente asociadas al miedo, si no que más bien al estrés prolongado. La crisis de pánico es un trastorno de tipo ansioso y se caracteriza por una sensación de intenso temor, por ejemplo, a una muerte inminente, a un sufrir ataque cardíaco, – añadió señalándole el pecho – a la pérdida del control o a tener un desmayo. Esto se acompaña de manifestaciones físicas que pueden ser muy intensas. Tu opresión en el pecho puede ser un síntoma.

- Ya veo.

- Te recomendaría que bajes el ritmo de trabajo, pero los hombres como tú suelen ser unos trabajólicos y como ya practicas deporte con regularidad, sólo me queda recomendarte dos salidas: o practicas yoga o alguna otra disciplina que te permita relajarte, como la meditación o bien, acudes a un psiquiatra para que te recomiende ansiolíticos. Sin embargo, mi recomendación primera es que bajes el ritmo de trabajo y procures realizar actividades que te distraigan. Eso podría ayudarte.

- Algo que me distraiga – repitió Can ensimismado.

- Sí. La caminata es una muy buena alternativa, sobre todo si logras salir de la ciudad. Bailar es otra alternativa o salir a pescar. ¿Por qué no sales de viaje?

- Salí de viaje el mes pasado – contestó Can con una sonrisa triste, recordando que justamente él y Azra habían hecho muchas caminatas en el Parque Nacional Monte Rainier, que visitaron en el Estado de Washington, así como también en otros lugares alejados de las ciudades.

La redención de AzraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora