La redención de Azra

Centrarse en lo importante

¿Cuánto demora el hombre en entender? ¿Cuánto demora en discernir? Tarda la flor para abrir.  La letra de la canción resume mejor que yo lo que se viene para este capítulo, porque a veces tenemos la evidencia al frente y no la queremos ver. A veces tienes que caer bajo, muy bajo, para dejar salir las palabras que expresen realmente tus mayores temores.

Can se sentía un tanto mal por estar leyendo información privada de Azra, más todavía con el tal Sarrafoğlu frente a él, pero no le quedaba de otra. Tenía que averiguar la verdad.

- Como podrás ver, Can, lo que está en esa ficha clínica coincide con el relato de la señora Özak.

- ¿No bastaba con obtener sólo los últimos datos? – preguntó algo incómodo. No veía necesario haber investigado los cinco años de registros médicos que la doctora Senözen había acumulado atendiendo a Azra, pero lo que le resultaba más violento es que eso mismo lo hubiera leído su abogado. Él no tenía por qué enterarse de que las reglas de Azra eran abundantes y dolorosas, que no tenía pareja, ni vida sexual activa desde que se atendía con Neslihan Senözen. Sin embargo, todas sus aprensiones se esfumaron cuando llegó a los últimos registros.

- Comprenderás que copiar la ficha clínica de una persona, sin autorización de ella, es un delito y no puedo ponerme muy meticuloso a la hora de tomar algo que no corresponde.

- ¡No puedo creerlo! – exclamó Can mirando hacia el cielo después de leer los últimos datos y comprender que, otra vez, había metido la pata con respecto a Azra.

- ¿Qué?

- Lo que está aquí coincide con el relato que Azra me señaló.

- Es lo que acabo de decir. Once semanas desde la concepción, aproximadamente, trece semanas desde la última regla. Consumo poco prolijo de las pastillas. ¿Entonces aumentan las chances de que sean hijos tuyos?

- Sí – dijo Can quien acababa de descubrir una imagen de un ultrasonido.

- ¿Ya viste que este fin de semana presentó síntomas de pérdida y que la prescripción médica es realizar reposo absoluto por al menos dos semanas?

- ¡Soy un cretino! – dijo Can llevándose las manos a la cara, mientras en su mente la imagen de Azra corriendo a toda velocidad se le cruzaba permanentemente. Por huir de él había puesto en peligro su embarazo y todo porque él se había comportado como un egoísta.

- No seas tan duro contigo mismo, hombre. En tu posición es natural desconfiar. Ahora bien, te dejo esa información, pero es fundamental que me des tu palabra de que destruirás toda esa evidencia.

- Sí, no te preocupes – respondió.

- Respecto de tu deseo de contar con la custodia, no te tengo muy buenas noticias. Fue muy enfática en señalar que no está dispuesta a ceder la custodia y hasta alegó que no piensa recibir nada de ti.

- ¡Por Alá!

- Y eso que le lancé un anzuelo muy tentador – agregó Sarrafoğlu.

- Ahora mismo ni yo estoy muy seguro de qué hacer. Pensé que era todo una mentira o una puesta en escena.

- El embarazo puede haber sido buscado, eso no es descartable.

- Pero de todas maneras son mis hijos... - comentó reflexivo.

- Can, si cambias de idea, será mucho más sencillo. Nadie te va a negar la opción de regular visitas. Podemos conseguir visitas muy amplias y flexibles. Lo complicado es la custodia. Si vamos por la custodia, necesitaremos algo por donde atacar.