"Estas heridas no parecen sanar
este dolor es tan realhay demasiadas cosas que el tiempo no puede borrar" My inmortal,Evanescence.
Richard y Darcy entraron en la habitación donde reposaba el cuerpo sin vida de Georgiana. Las criadas la
habían cambiado bajo las órdenes de Elizabeth, ya que el marido no salía de su impresión inicial, no
pudiendo tomar ninguna decisión.
Poca atención prestó al recién nacido su padre, que al verlo, vio reflejado en él la imagen de la madre,
rompiendo a llorar en forma incontenible. A Darcy se lo podía ver compungido, pero sin perder el control
en ningún momento, ni derramando lágrimas. Elizabeth temía lo que sería de él cuando asimilara al fin la
noticia.
Pero cuando entraron al cuarto iluminado por velas y Richard se arrojó a llorar arrodillado junto al cuerpo
de su mujer, Darcy se mantuvo inmutable, como si tuviera una máscara donde sólo se podía ver el dolor
en los claros ojos. Se acercó donde su primo y lo obligó a pararse, y guiándolo como a un niño, lo llevó
afuera donde su tío lo consoló.
Él se sentó junto a la cama y tomó la mano pequeña y delicada de su hermana. Estaba fría. Reprimió el
deseo de llorar y tragó el nudo que se le formaba en la garganta.
No podía creer que el bebé que tuvo en brazos el día que su madre murió, ahora estaría reunida con sus
padres. Tan joven, llena de vida y de esperanzas en el futuro. Se obligó a dejar de pensar así.
Una mano se apoyó en su hombro, no necesitaba mirar de quién era. Sabía que era su Lizzie, intentando
darle fuerzas.
-William, lo siento muchísimo- le susurró besándolo en la cabeza.
-Gracias. ¿Estabas con ella cuando murió?- le preguntó con su voz un poco cortada por refrenar la
emoción.
-Sí, me pidió que cuidara de ustedes dos y del bebé. Estaba tranquila y sólo lamentaba dejar a su familia.
-Hasta en su lecho de muerte ella pensando en los demás- reflexionó con una sonrisa triste y entonces,
besó la mano que sostenía, para colocarla sobre el pecho de Georgiana.
Se levantó de su asiento y tomó a su esposa por los hombros. La miró a los ojos para hablarla.
-No creo que Richard esté en condiciones de tomar las decisiones sobre los arreglos que hay que hacer.
Necesitaré que te ocupes de algunas cosas.
-Claro. Puedo ocuparme de lo que sea necesario. ¿Estás bien?- le preguntó preocupada por la entereza
que se esforzaba por mantener su marido.
-Alguien tiene que hacerse cargo. Richard no puede y mi tío está demasiado viejo- respondió a medias, ya
que en realidad, no respondía la pregunta.
Una señora mayor, el ama de llaves, se acercó a donde se encontraba el matrimonio Darcy y dijo en voz
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Secuela de Orgullo Y Prejuicio
RomanceEstá historia no es mía, pero me ha encantado y me gustaría compartirla. Todo le pertenece a Jo Darcy (seudónimo). Esperó que la disfruten. Es la versión, que a mi parecer se ajusta mejor a la forma de escribir de Jane Austen.