Capítulo 3: Nunca es suficiente

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—No dejes de contar A-Ying— otra nalgada resonaba en los aposentos del líder Wen

—O-ocho— conto con voz temblorosa Wei Ying

Nalgada

—Nueve

—Mhm bien hecho, buen chico— alagaba mientras acariciaba esos carnosos glúteos de su señora ahora pintados de un color rojo por los golpes dados. Separó a su señora de la puerta donde estaba sosteniéndose, para darle vuelta para enfrentarlo.

—A-Ying, ¿Sabes porque es el castigo no es así?

—Sí —contestó solamente, ya que sentía todo su ser estremecerse

—Dime por qué — dijo el líder sosteniendo la barbilla de su señora para que este lo miraba a los ojos.

—Porque la semilla la cuál trabajo en ponerla adentro se salió, mi señor— contestó con las mejillas sonrojadas

—Mhm, pero me has salvado de que me hirieran, este esposo tuyo te lo recompensara muy bien A-Ying, este esposo tuyo te volverá a dejar lleno— susurro en los oídos de Wei Ying provocando que le diera escalofríos por todo su cuerpo

—Esta esposa lo anhela mucho — contesto con coquetería, tratando de provocarle.

—Este esposo también anhela mucho a su señora— dijo para atraer más de cerca el cuerpo de Wei Ying, así aprovechando a despojarlo de sus túnicas.

Unos minutos antes, al llegar a la secta, el líder no soporto más y cargo en estilo novia a su señora para entrar con él a sus aposentos, desde el momento que cerró la puerta devoró ahí mismo a Wei Ying, contra la puerta, beso con fiereza esos labios tan suaves que posee, manoseo por todo su cuerpo sobre sus túnicas hasta que llego a su trasero, amasando como quería su redondo trasero, disfrutándolo en sus grandes manos. Aparto las túnicas sin molestarse en quitarlas, bajo los pantalones del contrario para ver con sus propios ojos.
Y efectivamente su semilla resbalaba del tierno agujero de su señora, había mojado hasta sus regordetes muslos... esto era demasiado para el líder, así que volvió a amasar como se le antojara a ese trasero, sacándole suspiros y estremecimientos a su señora que se estaba aferrando a él para no caerse. Y eso le dio una idea, luego de varios azotes con su mano, le dejo el trasero muy rojo, y extremadamente sensible por los golpes. Esta sensibilidad sería de mucho provecho para que su señora se sintiera bien.

Luego de que le quitara las túnicas de su señora, observó esos pechos que le volvían loco y bajo hasta pasar la lengua sobre cada uno de ellos.

—Nunca he visto pezones más eróticos que los tuyos, ¿Acaso tu esposo los ha hecho así?— preguntó

—Mm S-si a mi señor le gusta mucho jugar con ellos.

—Así es me gustan mucho— habló mientras seguía pasando su lengua sobre esos botones rosados —A-Ying, si te embarazas de aquí saldrá...

—¡A-Ruo! ¡No seas desvergonzado!—

—¿A-Ying, tú querrías tener un bebé conmigo? Ya sabes uno con tus hermosos ojos y mi carácter, no suena mal...— habló el Wen mientras se despojada de sus propias túnicas.

—Mi cuerpo está en buen estado y gracias a tus excesivos cuidados estoy de maravilla, según Qing-jie podría concebir a un pequeño muy sano, supongo que este cuerpo de doncel es muy muy fértil en este momento— rodeando con sus brazos al Wen cuando vio que terminó de desvestirse —Además tú esposo mío has sido muy diligente desde nuestra noche de bodas, creó que será momento que deje de usar los anticonceptivos para donceles y así pronto A-Xu y A-Chao tendrán un pequeño hermanito.

El sol de QishanWen☀️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora