Capítulo 4: Nunca es suficiente parte 2

7.8K 600 35
                                    

El sonido de pieles chocar llenaban la habitación de los lideres Wen, los cuales estaban cubiertos de perlas de sudor. Sonrojados por la ardua actividad que seguían realizando, los gemidos de ambos se contrastaban de una manera maravillosa, la voz de Wei Wuxian se escuchaba tan lastimera por los gritos de placer que han salido de sus labios, ahora completamente hinchados por los besos dados por Ruohan. Pero este no paro ningún momento de embestir el interior de su señora con afán, entrar en este se sentía como tocar el cielo. El libido de los cultivadores pueden ser altos cuando sus energías con compatibles

Mientras que el Wen estaba arriba de él, entre sus piernas, sin parar el ritmo, aprovechaba que tenía a su alcance esos pequeños botones ahora estaban muy sensibles por la atención brindada.

—¿A-Ying me dirás?— habló el líder dejando de succionar un momento el pequeño pezón de su señora para hablar

—Q-qué d-diga que— decía apenas, por la sobreestimulación que sentía al ser penetrado por ese enorme pilar y estar siendo devorado en su pecho, que ahora con tanto toqueteo de su señor se había convertido en una zona muy erógena.

—Cuando tengamos a nuestro hijo, saldrá de aquí...— fue interrumpido rápidamente por Wei Ying.

—Desvergonzado— logró decir.

—¿Porqué?... yo solo deseó probar todo de ti— en ese momento paro de penetrarlo, para estirar su mano, a un lado de la cama en una esquina alcanzando una pequeña cajita

—¿Porque usaras eso? ¡A-Ruo!— hablaba un poco alarmado el Wei al ver las acciones de su esposo —¡Respóndeme! ¡A-Ruo!— Pero el líder siguió con su trabajo de abrir esa cajita de madera, para sacar de su interior una pieza de jade con una forma un tanto peculiar —¿Porque eso? ¡Wen Ruohan!

—A-Ying, con esto me asegurare que mi semilla no saldrá de ti esta vez— dijo posando su gran mano sobre el vientre del menor, que se encontraba un poco abultado por tanta semilla que había recibido —trabajé muy duro en ponerla en ti, no lo desperdicies o te castigare— sentenció sin ningún rastro de broma.

—N-no lo haré.

—Buen chico— halago, mientras pasaba ese peculiar jade en donde ambos estaban aún unidos, el líder fue saliéndose de su interior, aprovechando los fluidos paso ese jade lubricándolo, para proceder a introducirlo en el interior de su señora evitando que algo de salga en su interior.
Se levanto de su cama, a tomar unos paños húmedos para limpiarse al terminar, fue a limpiar a su señora diligentemente, acariciando toda su piel, le pidió que se diera la vuelta en la cama, para poder limpiarle su trasero, que conservaba las marcas de sus manos.
Le aplico un ungüento en esos melocotones maduros, y aprovecho sutilmente en apretarlos


—A-Ruo— le reprendió Wei Ying.


Bueno... no tan sutilmente.

Tras limpiar todo su cuerpo cubrió con la sábana el cuerpo de su esposa para cubrir su desnudez y dejarlo descansar por fin. Al finalizar de ponerse sus propias túnicas, se dio cuenta que Wei Ying ya estaba dormido. No era de extrañar, no lo había dejado dormir en la noche y parte de la madrugada y luego esos malditos cultivadores irrumpiendo su momento con su Madame Wen. Al salir de la secta se dio cuenta que el tiempo había pasado realmente rápido, ya la hora de la comida del mediodía había pasado.

A-Ying no ha comido nada desde ayer, tengo que llenar su estómago de comida esta vez... y dejarle descansar su cuerpo— fue el primer pensamiento del Líder Wen.

Hizo nota mental el líder, sobre todo de lo último ya que habían pasado horas desde que habían regresado a la secta luego que esos líderes fueran a asediarlo. Eso significaba que habían pasado horas encerrados uniendo sus cuerpos. Solo de pensarlo sentía ponerse duro nuevamente.
Se dispuso a ir a los campos de entrenamiento para despejar su acalorada mente.
Al avanzar alguien choco en su pecho un niño de 14 años, qué resulta ser su segundo heredero Wen Chao.

El sol de QishanWen☀️Where stories live. Discover now