Capítulo 47: El anillo

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A medida que la noche avanza en el muelle de loto, la magia del lugar se intensifica. Las linternas de papel, colgadas estratégicamente, emiten una luz suave que se mezcla con la luz plateada de la luna, creando un ambiente de ensueño. La brisa nocturna acaricia los pétalos de loto, llevando consigo el delicado perfume que llena el aire y añade un toque de misterio al lugar.

La noche es oscura y tranquila, pero también llena de magia y misterio. El muelle de loto se extiende sobre el lago, como un puente entre el mundo humano y el espiritual. Los pétalos de los lotos se mecen con la brisa, creando un suave murmullo que se mezcla con el chapoteo del agua. La luna llena ilumina el paisaje con su luz plateada, haciendo que los lotos parezcan brillar con un aura etérea. Las estrellas titilan en el cielo, como testigos silenciosos de los secretos que se guardan en el muelle.

La temperatura fresca y agradable que abrazaba el muelle de loto también se filtraba a través de la ventana abierta de la habitación del Líder de la secta Jiang Cheng. La fragancia de los lotos penetraba en el espacio, añadiendo un toque de serenidad al ambiente. Las paredes de la habitación, decoradas con motivos espirituales, resplandecían con una suave luz de velas que destellaban en sintonía con el entorno mágico fuera de la ventana.

Jiang Cheng se llevó una mano a la cabeza, sintiendo una punzada de dolor persistente. Su mente retumbaba con la incomodidad de las experiencias recientes. Se tomó un momento para reajustarse a su entorno, parpadeando repetidamente mientras la luz de la habitación gradualmente reemplazaba las imágenes fugaces de su desmayo.

Se dio cuenta que estaba en su habitación, y la suave luz de la luna se filtraba por la ventana entreabierta, dibujando un patrón tenue en el suelo de madera pulida. Jiang Cheng se esforzó por convencerse de que todo había sido solo una pesadilla, un mal sueño que se desvanecería con la realidad del nuevo día. Sin embargo, el crujido a su lado, le recordó que la realidad podía ser más cruel de lo que deseaba.

Un escalofrío recorrió su espina dorsal cuando una voz conocida resonó en la habitación.

-Cuñado, que holgazán. Finalmente, despiertas.

Jiang Cheng sintió cómo el corazón le daba un vuelco doloroso. No era un sueño, y la presencia de aquella figura repulsiva confirmó que lo peor aún no había pasado.

No era un sueño...- murmuró para sí mismo, anhelando que la realidad fuera diferente. Jiang Cheng quería llorar

-Jiang Cheng, nos preocupaste- al lado de Wen Ruohan apareció Wei Ying, sosteniendo con su mano un nuevo dulce confitado dado por su esposo, mientras la otra descansaba amorosamente sobre su vientre.

-¡Ustedes!- gruño Jiang Cheng, una mezcla de enojo y desesperación apoderándose de su voz -¡Basta de bromear!

Wei Ying y Wen Ruohan se vieron entre ellos

Con una mirada cómplice antes de soltar una risa alegre y contagiosa que llenó la habitación. El rostro de Jiang Cheng se tornó de confusión a incredulidad, , agudizando la sensación de pesadilla que se aferraba a su realidad, mientras observaba cómo los dos individuos se acomodaban en la habitación como si estuvieran en su propia casa.

Los dos intrusos, en lugar de detener su risa, parecían disfrutar aún más la confusión del Jiang Cheng. Wen Ruohan, con una elegancia calculada, se sentó en la orilla de la cama del líder Jiang como si estuviera en su propio palacio, mientras que Wei Ying permanecía de pie a su lado apoyándose en sus hombros, con una sonrisa traviesa que sugería que conocía algún secreto oscuro.

-¿Bromear?- dijo Wen Ruohan con una sonrisa traviesa -¿Acaso no estás contento de vernos, cuñado?

-¿Por qué debo estarlo? ¡No estoy feliz! -espetó Jiang Cheng, sus ojos lanzando chispas de frustración y enojo-. ¿Y por qué diablos estás en mi cama?

El sol de QishanWen☀️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora