Capítulo 48: Testigos de un Banquete de Amor

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Túnicas oscuras o túnicas Wen.

Definitivamente Jiang Cheng preferirá las primeras. Las túnicas que Wei Wuxian vestía en ese momento, le generaban a Jiang Cheng un sentimiento de conexión con su pasado compartido. Eran símbolos tangibles de los días más sencillos, de risas, travesuras y complicidad fraternal.

Sin embargo, Jiang Cheng también era consciente de que los tiempos habían cambiado drásticamente. La figura frente a él ya no era la misma persona que alguna vez correteaba junto a él por los terrenos de la secta. Wei Wuxian, ahora ocupaba una alta posición, ahora era respetado y poderoso, había dejado atrás gran parte de su antigua inocencia y despreocupación.

La dualidad de sus sentimientos era palpable mientras observaba a Wei Wuxian con las túnicas oscuras. Por un lado, estaban los recuerdos cálidos y familiares de la época en que compartían un mismo hogar y un mismo destino. Por otro lado, la realidad de los acontecimientos que los habían separado y transformado añadía una capa de melancolía a la escena.

Ahora la persona frente a el era nada más ni nada menos que "Madame Wen". La persona que tenía delante parecía encarnar por completo la gracia de un cultivador de la alta sociedad. Aquel joven discípulo sonriente del pasado ya no existía; en su lugar, se manifestaba una versión más sofisticada y endurecida del anteriormente amigable discípulo principal del Muelle de Loto.

—Jiang Cheng, estás aquí.

Los pensamientos de Jiang Cheng fueron interrumpidos por la dulce voz.

—Sigues durmiendo hasta tan tarde— se burló Jiang Cheng —Algunas cosas nunca cambian. Sigues igual de perezoso.— reprochó.

Las mejillas de Wei Ying se inflaron por indignación —No soy perezoso. Estoy haciendo dos bebés en mi interior, lo cual es un gran trabajo.

La respuesta de Wei Ying casi arrancó una sonrisa a Jiang Cheng, quien no pudo evitar recordar momentos en los que su hermano menor siempre encontraba una manera ingeniosa de justificar sus hábitos.

Se sentía extraño ante la presencia madura y resuelta de Wei Ying, pero el lazo que compartían aún conservaba esa chispa de familiaridad que hizo que Jiang Cheng sintiera un atisbo de confort en medio de la tensión que rondaba su relación a lo largo de los año

—Gran trabajo— repitió Jiang Cheng, dejando entrever la ironía en su voz. Wei Ying percibió el tono sarcástico, pero optó por ignorarlo.

—¿Dónde está A-Ruo?— Preguntó Wei Ying con curiosidad.

La ausencia de su esposo al despertarse le resultaba incómoda. Lo habitual era que su encantador esposo lo esperara pacientemente al despertar, dispuesto a acosarlo y, en ocasiones traviesas, intimidarlo tan pronto como abría los ojos. Luego de jugar por un tiempo, Wen Ruohan lo alimentaba, hasta saciar su apetito. Incluso en los momentos donde Wen Ruohan se encontraba ocupado, siempre se aseguraba en mandarle a alguien con bandejas llenas de comida nutritiva.

De vez en cuando, Wen Ruohan se escabullía y no aparecía por toda la mañana, alegando tener reuniones y asuntos pendientes. Wei Ying nunca creía sus palabras, ya que su esposo no era hábil mintiéndole. Luego Wen Ruohan siempre trato de opacar su enojo, incluso usando a los niños.

Wen Ruohan siempre lo mimaba, incluso cuando no estaba presente

Ahora, Wei Ying no puede evitar sentirse solitario. La soledad se instalaba en su corazón, haciéndolo anhelar la cercanía y la atención de su esposo.

La pregunta de Wei Ying llenó de líneas negras el rostro de Jiang Cheng.

—¿Acaso ustedes no pueden estar separados?— exclamó con un toque de molestia.

El sol de QishanWen☀️Where stories live. Discover now